Touriño renuncia a exigir lealtad al BNG durante su reunión con Quintana

No hubo, al final, reproche alguno. El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, renunció ayer a exigir al BNG lealtad con el pacto de Gobierno durante la reunión que mantuvo con el vicepresidente, el nacionalista Anxo Quintana, para poner en común los asuntos pendientes de la Xunta de lo que queda de legislatura.

La entrevista, que ambas partes habían decidido ocultar a los informadores, se celebró inmediatamente después del Consello, en las instalaciones de San Caetano. Al acabar la sesión de trabajo del Gobierno, los conselleiros abandonaron la sala y Touriño y Quintana se quedaron a solas exactamente 28 minutos. Al finalizar el encuentro (a las 10.38 horas), Quintana se dirigió a su despacho y Touriño, como es su costumbre, se encaminó a la cafetería de San Caetano en compañía de todos los conselleiros socialistas. Allí permanecieron en animada charla por espacio de 45 minutos antes de volver a sus obligaciones.

El jefe del Gobierno admitió que pudo equivocarse al anunciar la reunión

Al final, no hubo oficialmente mención alguna al Plan de Acuicultura, a pesar de que el propio Touriño mostró la semana pasada su deseo de hablar con Quintana para reconducir "el comportamiento" del BNG y recuperar "la lealtad" de los conselleiros nacionalistas, que en el primer Consello después de las elecciones se negaron a apoyarlo. Fuentes nacionalistas aseguran que en la reunión no hubo reproche alguno. El presidente de la Xunta, preguntado al respecto en la rueda de prensa posterior al Consello, evitó dar una respuesta: "Ya hablé de todo lo que tenía que hablar". "¿Qué quieren que les diga? No es la primera vez que me veo con el conselleiro Quintana ni será la última".

Presidencia no quiso hacer comentario alguno acerca de las declaraciones del diputado del BNG Bieito Lobeira, que poco después de la reunión entre Touriño y Quintana anunció públicamente la oposición en bloque de los conselleiros nacionalistas al Plan de Acuicultura.

En sus declaraciones públicas, Touriño admitió que pudo cometer un error, "como cualquier dirigente político", aunque sólo por haber anunciado la reunión con el vicepresidente, no por sus referencias a la lealtad del Bloque. Porque, aseguró, únicamente desde el punto de vista que "alguien que está empeñado en magnificar los problemas en Galicia es noticiable y titulable" que se reúnan dos miembros del Gobierno.

El presidente no quiso compartir los detalles de su entrevista con el vicepresidente. Fue "más larga de lo habitual", explicó, y sirvió para poner de manifiesto "la salud y la solidez del Gobierno de Galicia", el "elevado grado de cumplimiento de los compromisos de Gobierno" y "la voluntad de intensificar, si cabe aún más, el ritmo de trabajo con el objetivo de cumplir ese contrato programa que tenemos con los ciudadanos para esta legislatura".

También pusieron en común, añadió, "temas legislativos y las iniciativas pendientes". "Y probablemente donde nos detuvimos un poco más fue justamente en esa labor de impulso y seguimiento de las medidas de respuesta a la crisis económica aprobadas por el Gobierno en enero". Todo "dentro de los previsible y normal, de lo que viene sucediendo habitualmente desde que estamos gobernando", resumió el presidente.

Touriño insistió en que ahora "toca trabajar" y rechazó que la campaña de mítines puesta en marcha por el PSdeG de aquí al día 20 tenga carácter preelectoral. "Estamos convirtiendo en un lío lo que es un país normal que está trabajando y que quiero que siga trabajando", se quejó el presidente. "Y ahí tenemos que estar todos". "Mi partido", concluyó, "siempre hizo una campaña para dar cuenta a la ciudadanía del trabajo realizado".