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El Consell se olvida de las obras por la riada en La Marina

Los afectados por las inundaciones denuncian retraso en las subvenciones

"Per favor, menys fotos i més vergonya". Siete palabras pintadas con trazo grueso y negro sobre una de las fachadas de las ocho casas ubicadas en la calle de Divina Aurora de El Verger que fueron devoradas por las aguas del río Girona el 12 de octubre de 2007, repletas todavía de escombros y basura, de enseres destrozados y de esqueletos de motocicletas. Siete palabras que expresan la indignación de los vecinos de este pueblo de La Marina Alta porque la zona cero de la catástrofe continúa en ruinas. Y, lo que es peor, porque tampoco se han ejecutado gran parte de las obras necesarias para frenar una nueva avenida del río, justo a pocas semanas del periodo de las lluvias del otoño. Aquella madrugada del 12 de octubre, el río Girona se rompió en mil pedazos y su caudal desbocado arrambló con calles, cocheras, comercios, electrodomésticos y sueños. Allí murió atrapada una víctima de la riada. Y allí acudieron los días siguientes políticos de diferentes administraciones para prometer rápidas inversiones y ayudas. Ha pasado casi un año y el Gobierno asegura haber invertido 4,5 millones en obras y tramitado más de 4.000 peticiones de subvenciones. Sin embargo, los afectados y el propio al alcalde de El Verger, del PP, admiten que el Consell reconoce que hasta enero no tendrá el dinero necesario para acometer obras.

Las fotos se hicieron, los periodistas se fueron pero muchas de las obras prometidas para que la catástrofe no vuelva a repetirse no se han ejecutado. Falta acabar los muros de contención en el cauce del Girona "donde apenas hay unas vallas de contención que hacen la zona incluso más insegura que antes", según el portavoz de la Plataforma Ciudadana Riu Girona, José Ramón Mahiques. Y falta también un nuevo puente de L'Almàssera que sustituya al actual.

La mayor parte de las obras pendientes dependen de la Generalitat. Así lo subraya el alcalde de El Verger, Miguel González, del PP, quien señala que en la Consejería de Medio Ambiente le han contestado que aunque los proyectos ya están redactados, "hasta enero no pueden llevarse adelante porque las partidas presupuestarias se han agotado". La inquietud por estos retrasos se palpa en El Verger. "Estamos muy asustados y sólo pedimos que no vuelva a repetirse una catástrofe", señala una vecina cuya vivienda quedó cubierta dos metros y medio por el agua. "Lo perdimos todo y hasta abril no tuvimos una casa en condiciones dignas".

Hay otro factor que inquieta a políticos locales y vecinos: las extracciones de grava y los ensanchamientos del cauce que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), dependiente del Gobierno central, ha efectuado río arriba, en Beniarbeig y Sanet. "Tememos que estas actuaciones provoquen un embudo cuando el río se estrecha por El Verger", dijo el alcalde.

De la Generalitat, en concreto del Instituto Valenciano de la Vivienda, también depende el derribo y posterior reconstrucción de las viviendas que ahora se encuentran precintadas y abandonadas. Sus vecinos aún viven en casas de alquiler, cuyo dinero ha tenido que adelantar el Consistorio. También falta reconstruir el único inmueble demolido en octubre y muchos propietarios tanto de El Verger como de Els Poblets aún no han recibido las ayudas prometidas.

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