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Columna
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Un gran señor de la radio

Vicente Marco ha sido un gran señor de la radio y de la vida. Entró en Radio Madrid en 1945, venía de Valencia y, como muchos, quería entrar en este loco mundo haciendo lo que le gustaba: ser actor. El programa Tu carrera es la radio fue su trampolín, y enseguida le escuchamos como guionista de programas o narrador de cuentos infantiles. Era como casi todo el mundo entonces, un todoterreno, capaz de hacer un reportaje para Ustedes son formidables o guiones para un programa femenino. Sin embargo, el periodismo le tocó profundamente. Asistió al nacimiento de Carrusel deportivo, un programa que tenía tantas dificultades técnicas entonces que el jefe de programas les dijo: "Estáis locos", pero Bobby Deglané y Marco lo tenían claro. "Entonces, Bobby", dijo éste, "que iba más adelante que nadie, le dijo: 'No, Manolo, yo te mando una idea para hacerla los domingos".

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En 1954, Marco se convertía en el primer director de Carrusel, un cargo que sólo abandonaría con su jubilación tras los Mundiales de fútbol de 1982. Marco fue la renovación en el lenguaje deportivo, y destacó siempre por su integridad por encima de las presiones en una época, la dictadura, en que había muchas. "Aquel día no habíamos hablado bien del Madrid y me llamaba el gerente en nombre de don Santiago para decirme que no le dedicábamos interés y no lo elevábamos como se debe. Diga usted a Santiago que aquí se cuenta lo que pasa, pero sin subjetividad".

En 1999 recibía el Premio Ondas por toda su carrera radiofónica y volvió a dar una lección de humildad: "Pido perdón a todos por la cantidad de veces que he anunciado una quiniela que no les tocó". Era ya un viejecito menudo, de pelo blanco y sonrisa pícara, que quienes trabajamos con él siempre recordaremos con un cariño especial. No sólo los compañeros, los oyentes a quienes entregó tantísimas tardes de domingo, y el mundo del deporte, al que honra haber tenido un personaje así entre los suyos.

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