La última frontera

En septiembre de 2001, Rafael Nadal desaprovechó 12 bolas para ganar su primer partido como profesional, aunque enseguida dejó de importarle: entró en el vestuario y vio por televisión cómo dos aviones se estrellaban contra las torres gemelas de Nueva York. La ciudad es desde entonces una "triste" y esperanzadora parada anual en su vida. Triste porque tres meses antes del atentado viajó a la Gran Manzana con su familia y se pasó media hora observando el mundo desde la última planta de una de las torres. Y esperanzadora porque Nadal, que ayer venció al serbio Troicki (6-4, 6-3, 6-0), está en deuda con el último torneo grande del año.

Nunca ha pasado de cuartos. Nunca ha desplegado su mejor juego. No ha tenido la oportunidad de enfrentarse a uno de sus últimos grandes retos frente a la historia: con la excepción de Arantxa Sánchez Vicario, campeona en Nueva York en 1994, ningún español ha ganado un grande sobre pista dura. Es la última frontera del tenis español.

Nadal, el tenista que más victorias lleva sobre pista dura este año (35), reflejó la importancia que le concede al torneo jugándolo medio lesionado el año pasado. "En uno de los últimos entrenamientos, me jodí la rodilla", le contó a este diario cuando se le pidió que resumiera el 2007. "Jugué porque era el Abierto de Estados Unidos, pero mentalmente ya no estaba nada fresco. Me quedé hecho polvo por haberme perdido un torneo importante para mí y al que llegaba jugando bien. Fui a Mallorca, me hice unos análisis, y tenía todo bastante mal, las defensas, el hierro... El médico me dijo que me tomara una semana de descanso, y me fui con los amigos a Ibiza. Fue una de las mejores semanas de mi vida".

Un dato da cuenta de la dificultad de lo que intenta. El último tenista que consiguió vencer en el mismo año en París, Londres y Nueva York fue Rod Laver, en 1969. Además, sólo un jugador logró ganar su primer torneo grande como número uno en los últimos 20 años: Jim Courier, en el Roland Garros de 1992. Nadal tiene a su favor el impulso obtenido con la conquista del oro en Pekín y una estadística asombrosa. Es el único tenista que este año ha conseguido la Trifecta,denominación de la ATP para la conquista en una misma temporada de títulos sobre arcilla (cuatro), hierba (dos) y pista dura (dos). Es la última marca para los almanaques del español. Un toque de atención. Y el preludio de uno de sus últimos grandes retos.