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Ash encabeza esta noche el Festival Rock de Alaquàs

Cualquier pequeña población se daría con un canto en los dientes sólo con poder disponer de un cartel para sus fiestas patronales como el que oferta este año el Festival de Rock de Alaquàs (FRA). El problema de la cita de Alaquàs es que, habiéndose puesto el listón especialmente alto en los últimos tiempos (sobre todo el pasado año, en el que desfilaron nombres como Heavy Trash, Mercury Rev o Maxïmo Park, entre otros), eso de traer a un sólo grupo internacional de perfil medio y a unos cuantos nombres estatales de esos que pululan de forma repetida de festival en festival, sabe inevitablemente a poco. Parece que las vacas flacas, al menos por el momento, también han hecho mella en el FRA, que en su XIV edición ha reducido su programación a un solo día -en lugar de dos-, orientando de nuevo su centro de operaciones al Parc de la Sequieta, el mismo lugar en el que se celebró desde su inicio, en 1995, hasta el 2003, fecha en la que se trasladó al Camp de futbol del Terç, y en el que se espera seguir la tónica de las últimas ediciones, acogiendo a unos 10.000 espectadores.

Han sido ahora las obras de remozamiento del campo de fútbol las que han obligado a trasladar de lugar un evento que, este año, cuenta con los norirlandeses Ash como máximo aliciente. Formados a mitad de los 90 en Belfast, la banda de Tim Wheeler ha fluctuado desde entonces entre el punk pop melódico y supurante de acné de sus dos notables primeros trabajos y los devaneos de hard rock que tanto han difuminado los contornos de su carrera en los últimos años. Pese a llegar a Alaquàs con el bagaje de una discografía irregular, tan brillante a veces como a ratos desenfocada (su trabajo más redondo sigue siendo su colección de singles, publicada hace un lustro), sus directos siguen siendo revitalizantes chutes de rock enérgico, en los que no suelen faltar gemas como Girl from Mars, Kung Fu o A Life Less Ordinary.

El resto del cartel para esta noche se completa con el irreverente rock retorcido de los navarros El Columpio Asesino, el dance rock de los bilbaínos We Are Standard (con su trabajo producido por el reputado Arthur Baker a punto de salir al mercado) y el bailable electro pop desde Barcelona de Lorena C, una de las bandas que tuvo el dudoso honor de competir con Rodolfo Chiquilicuatre y La Casa Azul, entre otros, para dilucidar quién representaría a España en la última edición de Eurovisión.

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