_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Nos importan los hispanos?

Qué tienen en común Obama, McCain y España? Un enorme interés por los hispanos de Estados Unidos. Demócratas y republicanos se han lanzado a una caza del voto latino en estados clave para las elecciones presidenciales del próximo 4 de noviembre, desde California, Arizona, Nevada, o Nuevo México, hasta Florida y Nueva York.

Los hispanos suman más de 45 millones (sin contar los doce millones de indocumentados); un 15% de la población estadounidense que va a representar en torno al 9% del censo electoral. Según el Pew Hispanic Center, el voto joven está creciendo muy por encima de la media del voto latino total. A esos inversores de remesas -el Banco Interamericano de Desarrollo estima casi 46.000 millones de dólares para 2008- les conciernen cada vez más asuntos como el comercio, la inmigración, o el narco de sus países de origen. Están por todas partes: en los dos millones de empresas de su propiedad; en misiones de riesgo como Afganistán o Irak; en los think-tanks y universidades de élite; en los sindicatos; y en la alta política, con tres senadores, 29 representantes en la Cámara de Representantes, y un carismático Gobernador del Estado de Nuevo México, Bill Richardson, en primera línea.

Los latinos de EE UU deben ver a España como el socio europeo y fiable que habla su idioma

El 13 de julio, en San Diego, ante la Conferencia Nacional de La Raza -principal organización de derechos civiles y defensa de la comunidad latina del país-, Obama afirmó que el viejo término de "La Raza Cósmica" latinoamericana implica "la noción de que todos somos parte de una comunidad más grande". En dicho foro, el candidato demócrata enfatizó mucho más que su rival McCain lo que de común tienen los hispanos con asiáticos o negros.

Esto puede servir de pista para una estrategia española hacia esa comunidad. Para empezar, deberíamos evitar el espejismo de que por fin hemos encontrado los aliados políticos para poner un pie en Washington. ¿Nos sirven los hispanos para influir en la política exterior de Estados Unidos? Hay que tener en cuenta dos dificultades. Primero, su división por nacionalidades de origen: mexicanos (hasta dos terceras partes del total), cubanos, portorriqueños, etc., por Estados, o entre demócratas y republicanos. No olvidemos la discriminación oficial a favor del inglés, y el abandono del español a partir de la segunda generación. Pero es que, como expresó Obama ante La Raza, el primer objetivo de los hispanos es convertirse en norteamericanos. Y para conseguirlo, no necesitan a España, que es un socio de tercera en lo político; nuestra huella se remonta a la era de la colonización.

En segundo lugar, hasta el día de hoy -con la excepción de los cubanos de Miami- los hispanos no han traducido su peso demográfico, social, y económico en influencia sobre la política exterior de Washington. Lógicamente, han concentrado sus esfuerzos en prosperar e integrarse en la sociedad; pero eso podría cambiar. Es previsible que en una o dos décadas se constituya uno, o varios, lobbies hispanos de política exterior, quizá con distintas orientaciones, y empiecen a pesar sobre las políticas concretas hacia México, Cuba, Colombia, Venezuela, o, colateralmente, Brasil, con repercusiones geopolíticas o en los organismos internacionales. Y no siempre coincidirán con los intereses o la visión española, tal es el caso de los cubanos de Miami.

Visto así, nuestro problema es que a los hispanos les importa poco España. Se vive un momento de cambio en Estados Unidos, y debemos aprovecharlo con un nuevo discurso político que estructure los proyectos que están dispersos. Hay que llegar con un mensaje a ese mercado de 60.000 dólares de renta media anual. La alianza con los hispanos debe responder a un interés central de España: la transformación política del continente latinoamericano en la dirección de la integración regional y la cohesión social, como elementos inseparables.

No será fácil, porque Estados Unidos hoy mira más a Oriente Medio, mientras que para España, América Latina sigue siendo una prioridad. Existen ya valiosas iniciativas por parte de algunos de nuestros mejores diplomáticos, y de instituciones pioneras como la Fundación Consejo España-EE UU con sus programas de Líderes Hispanos. Hay que acelerar las jugadas de triangulación entre España, los hispanos de Estados Unidos y los gobiernos latinoamericanos, de cara a próximas Cumbres como la de las Américas, la Iberoamericana, y la de Unión Europea-América Latina, para empezar a labrar un lenguaje común de intereses.

Las acciones en los ámbitos de la cultura y los negocios, con las potentes organizaciones empresariales hispanas, deben acompañar y potenciar los réditos políticos para España. Debemos pedir a nuestros parlamentarios que incrementen los contactos con el caucus hispano en el Congreso norteamericano, y también para activar el Grupo de Amistad con EE UU en el Congreso español. Por su parte, las Comunidades Autónomas podrían lanzar redes con las administraciones locales en EE UU, donde los hispanos ganan terreno deprisa. Pero para evitar el folclor y la retórica hueca es preciso vertebrar esas iniciativas con un discurso político, de alto contenido social, que nos haga reconocibles y respetados por parte de los líderes hispanos. Y hacerlo mostrando más la marca europea de España que la hispánica; la de un socio europeo fiable, dinámico, que acude a su encuentro en el mismo idioma.

Vicente Palacio es subdirector del Observatorio de Política Exterior Española (Opex) de la Fundación Alternativas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_