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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Francisco Peñalosa Izuzquiza, arquitecto

Fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga

Sus amigos le han conocido como el "segoviano de La Malagueta", y sus colegas, como Salvador Moreno Peralta, le han concebido como un arquitecto de prestigio -demostrado por sus muchos proyectos realizados en Málaga-, pero con el convencimiento de que su mejor obra era él mismo. Francisco Peñalosa Izuzquiza, que murió el 22 de agosto por un infarto de miocardio, nació en Segovia hace 66 años, en el seno de una familia aristocrática con una extraordinaria sensibilidad para la defensa del patrimonio histórico artístico frente al brutal desarrollismo promovido en la dictadura, tras la posguerra.

Su padre, Luis Felipe de Peñalosa, vizconde de Altamira, tuvo posiblemente gran influencia en su carrera, así como su tío Juan de Contreras, marqués de Lozoya, ilustrados historiadores, quienes encabezaron no pocas campañas para impedir construcciones monstruosas en perjuicio de bellos paisajes amparadas en la cerril disculpa de adaptarse a los tiempos modernos, y terminaron demostrando que la protección de los valores históricos y naturales era un foco de progreso.

Francisco Peñalosa comenzó en Madrid una ingeniería, pero su hermano Rodrigo le convenció para que se inclinara por la arquitectura, dadas sus dotes para el dibujo y la creación. Y lo hizo, tras pasar su niñez y su juventud en tierras de Segovia, en el entorno familiar. A Málaga llegó hace más de 30 años y allí desarrolló sus principales proyectos, como la rehabilitación del teatro Echegaray -junto a los también arquitectos César Olano y Moreno Peralta-, que no ha podido ver terminada; o singulares edificios en la zona de la nueva estación del ferrocarril María Zambrano o la rehabilitación de la casa natal del político del siglo XIX Antonio Cánovas del Castillo, en la que trabajó con Olano.

Comprometido con Málaga y la arquitectura, como afirman quienes compartieron profesión con él, durante ocho años fue decano del Colegio de Arquitectos de esta ciudad y, desde 1999, era miembro de la Real Academia de San Telmo, cuyo fin es el fomento y la difusión de las bellas artes en la capital y la provincia malagueña.

Simpatía, ingenio y sana ironía eran las dotes de este libre pensador de entorno progresista, y arquitecto crítico. Articulista del periódico Málaga Hoy, su amigo y colega Javier Boned Purkiss lo ha visto como una "rara simbiosis" entre Gómez de la Serna, Eugenio d'Ors y el Marqués de Bradomín, mientras compartía tertulia semanal con intelectuales y amigos, como Manuel Alcántara, Juvenal Soto, Salvador Moreno Peralta, Teodoro León Gross, Juan López Cohard y Pedro Aparicio.

En el funeral del pasado sábado, junto con amigos y colegas, acompañaron a la familia autoridades como el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el ex alcalde Pedro Aparicio o el subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna, entre otros.

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