El CSN exige a las nucleares que inviertan más en seguridad
Empleados de Vandellòs sostienen que el incendio parecía "incontrolable"
Las nucleares españolas no destinan suficientes medios a su seguridad. Así lo asume el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), máxima autoridad atómica, que prepara una reunión histórica con los gestores y propietarios de estas centrales, agrupados en el comité de enlace. El CSN entiende que muchos de los incidentes se evitarían si las centrales dedicaran más inversiones y recursos a la prevención; por lo que les exigirá aumentar las inversiones en este capítulo. "Será un monográfico sobre seguridad", apuntó ayer escueto el subdirector de Instalaciones Nucleares del CSN, Javier Zarzuela. Nunca este comité había afrontado una reunión centrada en esta temática y menos con el ánimo tan irritado entre el organismo público y las nucleares.
"Es inaceptable que no aprendan de sus errores", dice el organismo público
El encuentro abordará la sucesión de incidentes nucleares con dos claros ejemplos a evitar: la nuclear de Ascó (Tarragona), que ocultó una fuga radiactiva, y Cofrentes (Valencia), que acumula 10 incidentes en un año. El CSN exigirá instaurar una cultura de seguridad que, en su opinión, las eléctricas parecen no compartir. "Es inaceptable que las nucleares no aprendan de los errores cometidos. Por eso asistirán a la reunión los verdaderos responsables de las centrales", añadió Zarzuela. Y lo harán avisados: "La reunión será un toque de atención a su gestión", avanzó el directivo del CSN. Las empresas que deben tomar nota son Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa y HC Energia. Las cuatro acumulan la propiedad de los ocho reactores nucleares españoles que han generado ya 47 incidentes en 2008.
El encuentro, que se prepara para principios de septiembre, se celebrará con la planta de Vandellòs II (Tarragona) parada. Así lo estimó la primera evaluación de daños que realizó ANAV, consorcio integrado por Endesa e Iberdrola que gestiona la planta. Éste cifró en tres semanas el tiempo mínimo requerido para reparar los daños causados por el incendio del pasado domingo. Queda pendiente determinar si la turbina ha quedado afectada por el fuego, lo que demoraría en meses la puesta en marcha de la central.
Pudo haber sido peor. Un empleado de la nuclear explicó ayer que la magnitud y propagación del incendio desataron la alarma en Vandellòs II. "El fuego salió de la nada y hubo momentos en que parecía incontrolable", aseguró contradiciendo el mensaje de ANAV que, desde el mismo domingo, insiste en minimizar el alcance del incendio.
Varios testigos coinciden en señalar que el responsable de la planta ordenó sofocar las llamas con los extintores químicos. Es una instrucción habitual en cualquier incidencia menor: la espuma evita daños mayores sobre la maquinaria y los circuitos eléctricos. Pero estos extintores se revelaron inútiles ante la virulencia del fuego. La brigada de Vandellòs II cambió de estrategia para evitar que el fuego se descontrolara, y terminó apagándolo con manguerazos de agua. La dirección quería evitarlo porque su uso ha agravado los daños del incendio. "Hubo que disparar chorros de agua encima de los cuadros eléctricos. Un estropicio", detalló un técnico de la nuclear. ANAV no respondió a las llamadas de este periódico, aludiendo una reunión que debió de extenderse de primera a última hora. La prioridad de la ANAV es calibrar el alcance de las llamas para reemprender la actividad cuanto antes. Tres inspectores del CSN se incorporarán hoy a las investigaciones sobre las causas del incendio. Su cometido es determinar si el origen de las llamas -una fuerte vibración- procedió de una anomalía que la central arrastraba desde hace, al menos, cuatro meses: la vibración excesiva del alternador, pieza anexa a la turbina que convierte la energía mecánica en eléctrica.
Greenpeace pidió explicaciones al CSN por permitir el funcionamiento de la central a sabiendas de ese desajuste. El CSN replicó que no presentaba riesgo al estar ubicado en una zona no radiológica, aunque admitió que pudo propiciar la deflagración que acabó en el incendio. La Generalitat también lamentó la "lentitud" con la que el CSN le informó del incidente (una hora después de que se iniciaran las llamas), informa Jesús García. El consejero Joan Saura se reunirá con la presidenta del Consejo, Carmen Martínez Ten, para pedir explicaciones al respecto. También con la ANAV para exigir mayor seguridad y transparencia.
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