Pintarse de negro
¿No lo avisé en este rincón? Los 5.000 ya no es prueba para blancos. Bien. Hoy añado que mientras corra Bekele tampoco será prueba para keniatas. Lo del etíope ayer fue apabullante. Si se hubiese corrido el primer mil con un ritmo más rápido, habría rebajado seguro su récord mundial. Piensen que pasó ese tramo inicial en 2m 45s; el segundo, en 2m 36s; el cuarto, en 2m 32s; y el último, en 2m 25s. Y, por si la progresión no era ya espectacular, Bekele salvó el último cuatrocientos... ¡en 53s! Ha sido impactante.
Alguno me pregunta si Bekele es el mejor fondista de la historia. Lo dudo. Creo que le queda un pelín. Sería injusto obviar el palmarés de Haile Gebrselassie. Vale que Bekele te corre pista, te corre campo a través..., ¡te corre todo! Y vale que son calcados: a ambos les caracteriza su velocidad de crucero y su final explosivo. Pero su compatriota etíope, al menos en palmarés, está por delante. A sus 26 años, Bekele tiene aún muchos kilómetros en las piernas para igualar a Gebrselassie. De momento, ya le ha robado las plusmarcas de 5.000 y 10.000 metros. Pero Haile es Haile. Y, para mí, sigue siendo el rey del fondo. ¿Y los españoles? Poco, porque es imposible competir contra los africanos. En una carrera lenta habrían tenido chance. Pero, en una prueba rápida como la de ayer, Jesús España sólo tendría una opción: pintarse de negro.
Natalia, por su parte, no planteó bien la final de 1.500. Ha entrado en muchas batallas, salía a la calle 2, se dejaba encerrar de nuevo... Todos esos esfuerzos se pagan. Y lo que es peor, en la última vuelta ha dejado que le pasen por dentro. Habrá sido la falta de fuerzas -es verdad que se la vio muy justita-, ¡pero eso no pueden hacértelo nunca! Y tampoco se puede estar tan retrasada en el toque de campana. Es lo mismo de siempre: la colocación. Tenía que haber corrido delante y atenta al cambio que hizo a falta de 500 metros la favorita, la bahreiní Jamal. Vale que ésta se hundió en la línea de meta, pero precisamente por eso Natalia podía haberla adelantado y haber luchado con las dos ucranianas por las medallas. Me huele que a Natalia le ha faltado competición después de dos años parada. Sin embargo, Iris ha hecho su carrera, a por el diploma, a su ritmo y a recoger cadáveres para acabar octava.
¿Y qué me dicen de Ruth Beitia? Ha perdido la oportunidad de su vida. Era una de las 10 opciones de medalla con las que contábamos y seguramente se habrá sentido presionada porque ningún atleta español la había conseguido. Habrá sido eso. Pero, como dicen en mi pueblo, "el miedo es libre y cada uno coge el que quiere".
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