Perjudicial para el hockey
Cuando las chicas ganaron el oro en Barcelona 1992, me di cuenta de que la diferencia entre una medalla de oro y una de plata es abismal. Ahora tengo la sensación de que el oro se le ha escapado a España, se le ha escurrido entre los dedos. Me da mucha pena que haya sido de esta manera, ante Alemania, un equipo técnicamente mediocre y que no ha ofrecido nada nuevo. Se defendió bien y punto. España no ha sabido contrarrestarlo. No es la primera vez que les pasa. Hay que jugar de otra manera.
Los alemanes marcan al hombre. Practican un sistema muy eficaz, muy estudiado. Pero no aportan nada y aburren al público. Todo comienza por una presión sobre la referencia española en la defensa, Xavi Ribas. Esto ensucia la salida de la bola. Desde atrás, Alemania no ha salido nunca. Cada salida era un despeje. Despejaban y recuperaban. Y cuantas menos cosas pasaran, mejor. Cada movimiento estaba medido. No se permitieron la opción de hacer una jugada brillante.
Contra una defensa que marca al hombre con tanta disciplina, la mejor arma es mover rápido la bola. Dar intensidad al partido. Ser más activos. Lo conveniente para España era provocar un partido movido y, sin embargo, el partido ha sido soso. El público se ha aburrido. Las cosas han ido de acuerdo con los intereses alemanes y España no ha sabido romper el ritmo. No ha sabido ganarles. Esto es perjudicial para la selección y para el hockey porque el hockey que le gusta a la gente es otro. El hockey que quiere la gente es el que jugaron Australia y Holanda en el partido por el bronce. Ganó Australia (6-2) con una exhibición de recursos ofensivos. Los alemanes se van contentos, ya que para ser felices les basta con defenderse bien y es lo que hicieron. El equipo español se va decepcionado porque no supo aprovechar su calidad.
José Antonio Gil es director técnico de la Federación Española de Hockey
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