El entorno de Touriño espera para el jueves el anuncio de la fecha electoral

El tiempo se agota. Si el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, decide adelantar las elecciones tendrá que tomar una decisión la semana próxima. La demora en tomar una decisión ha reducido drásticamente su margen de elección porque la ley exige que pasen entre 54 y 60 días desde la disolución del Parlamento hasta la cita con las urnas, lo que ya hace imposible celebrar los comicios antes de finales de octubre.

Si convoca la semana que viene las elecciones serán el 26 de octubre

En el entorno del presidente dan por hecho que Touriño despejará la incertidumbre electoral el jueves 28 después del Consello de la Xunta programado para ese día. La primera reunión de Gobierno del nuevo curso político dará ocasión al presidente a compartir sus planes con el vicepresidente, el nacionalista Anxo Quintana, cuya formación se opone al anticipo electoral. Si convoca elecciones ese día, con toda probabilidad los comicios tendrán lugar el 26 de octubre.

Las mismas fuentes esperan que Touriño aproveche la víspera la visita a Galicia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para confiarle sus planes. Zapatero, que ese día visitará las obras del tren de alta velocidad para justificar el compromiso de que el AVE llegue a Galicia en el año 2012, ya ha hecho saber a Touriño que la decisión de la convocatoria le corresponde exclusivamente al presidente de la Xunta.

En el PSOE de Madrid ya se da por hecho el adelanto electoral. No obstante, Touriño sigue sin dar pistas sobre sus intenciones. Durante la reunión que celebró el martes en su residencia oficial de Monte Pío con José Blanco, vicesecretario general del PSOE (a la que también acudieron Ricardo Varela, número dos del PSdeG, la secretaria de Organización, Mar Barcón, dos altos cargos de Presidencia y un experto electoral de Ferraz) el presidente se limitó a escuchar opiniones y evitó cuidadosamente inclinarse a favor o en contra del adelanto. Tanto Blanco como el resto de los presentes aconsejaron a Touriño que anticipe las elecciones para evitar una larga campaña de siete meses en plena crisis económica. Durante la reunión los participantes dieron menos importancia a los argumentos contrarios al adelanto: el inevitable aplazamiento de proyectos pendientes y, sobre todo, la imagen de debilidad que conlleva la disolución anticipada del Parlamento.

Precisamente para separar el anuncio de la crisis es por lo que el presidente está considerando relacionar el adelanto electoral con las elecciones vascas, que previsiblemente se van a celebrar en marzo.

La imposibilidad de conocer de antemano los planes del lehendakari Juan José Ibarretxe, pendiente a su vez de lo que ocurra con la consulta paralizada por el Tribunal Constitucional, obligará a Touriño a tomar una decisión sin saber a ciencia cierta qué va a ocurrir en el País Vasco.