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PEKÍN 2008 | Balonmano

"No me quiero ir sin medalla"

Robert Álvarez

Si la veteranía es un grado, si un hombre puede cambiar de arriba abajo un partido, si alguien personifica el carisma, bastará con mirar el vídeo del España-Corea para encontrar a ese personaje fuera de lo común. Se llama David Barrufet y está a un paso de poder decir "fue bueno hasta que duró". Pero lo va a alargar tanto como pueda: uno o, quien sabe, dos partidos. Los aficionados le hicieron signos de reverencia en la pista como si se tratara de una divinidad y sus compañeros, ya en el túnel de vestuarios del OSC Gimnasio de Pekín, salían dando voces, coreando su nombre. "¡La gasolina de Barru ahí está!", gritaba Iker Romero.

Su compañero en el Barça se detenía un segundo para reflexionar: "Es un fenómeno. Ha sido el salvador. Me alegro por él porque ha pasado un año muy duro. No le he visto parar de esta manera durante los diez o doce años que llevó viéndolo. ¡Las paraba hasta con la cabeza!". Se refería Iker a las lesiones que han martirizado a Barrufet. La última le tuvo cuatro meses apartado de las canchas. Pero él, con los Juegos entre ceja y ceja, se recuperó hasta reencontrarse con su mejor forma y poder aportar toda su experiencia -18 años de carrera y 265 internacionalidades- y una calidad que le valió ser nombrado el mejor portero del mundo en 2000 y 2001.

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Genial Barrufet

"El equipo ha defendido como hacía tiempo que no lo hacía. Sólo había ahí un huequecito y había que taparlo", resumía Barrufet, para dar méritos a sus compañeros. "Después de una primera fase irregular estamos aquí. Ahora vamos a jugar contra Islandia. Nos conocemos muy bien. Tenemos que disfrutar en ese partido, jugarlo con alegría. No me quiero despedir sin una medalla", confesaba el portero catalán de 38 años, que compite en sus cuartos Juegos y que logró la medalla de bronce hace ocho años en Sidney, en la segunda ocasión que España ha subido al podio (antes fue bronce en Atlanta 96). "Ha hecho un gran partido y le he felicitado. No me gusta individualizar", afirmó el seleccionador Juan Carlos Pastor. Buena parte de la culpa de que el equipo que dirige continúe en la brecha, acariciando la medalla, la tiene David Barrufet, en algunos partidos, mucho más que un portero.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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