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Reportaje:PEKÍN 2008

Un mito y un fenómeno

Phelps se convierte en el nuevo póster del deporte mundial tras ganar ocho oros, y Nadal corona un año excepcional con un triunfo que coincide desde hoy con su condición de 'número uno'

José Sámano

El deporte mitifica porque en él abundan los héroes, gente de carne y hueso cuyas gestas escapan a los mundanos. Una de ellas puede ser nadar 17 carreras en nueve días e imponerse en 14 de ellas -por supuesto, en las ocho finales disputadas- ante los mejores adversarios del planeta. Eso es lo que ha hecho Michael Phelps, ya una celebridad en la historia del olimpismo. Si se sumaran todos los metros en los que ha competido y los tiempos logrados, resultaría que el estadounidense ha recorrido en todos los estilos 3.300 metros en 31m 14,3s. Una proeza que convierte a Phelps en el nuevo póster del deporte mundial, como en su día lo fue el de su gran predecesor en la piscina, Mark Spitz. No importan las comparaciones. Ni con nadadores legendarios ni con otros atletas. En sí misma, la hazaña protagonizada en Pekín por este sencillo chico de Baltimore es mayúscula, "admirable, una monstruosidad, un orgullo para el mundo entero", según la definió ayer Rafa Nadal apenas una hora después de proclamarse campeón olímpico. Otro fenómeno.

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Mientras Nadal, un ciclón en lo que va de año, arrastra masas y sus extraordinarios éxitos se encadenan con frecuencia, Phelps sólo tiene una fecha en el calendario y la subraya cada cuatro años. Su lunática aventura ha resultado tan real que él ha sido el hilo conductor de los Juegos desde su estreno. Nada sencillo para un nadador, el único que junto a Spitz en 1972, ha sido capaz de mantener el suspense jornada a jornada. Él ha necesitado una semana para lograr una proeza que otros consiguen en un impactante y sobrenatural fogonazo de 9,69s.

La figura de Phelps, de 23 años, contribuye a su canonización vitalicia. Su sencillez le entroniza aún más porque, al igual que a Nadal, por ejemplo, le arrima al pueblo. Nada que ver con la arrogancia habitual de los atletas estadounidenses. "Sólo quiero dar un beso a mi madre y descansar", dijo ayer quien ha batido siete récords del mundo en una semana, el mismo que se acababa de colgar su octava medalla de oro en Pekín, la 14ª de su carrera, la 16ª en total si se contabilizan sus dos bronces en Atenas. Si Phelps fuera un país, estaría el quinto en el medallero, sólo por detrás de Estados Unidos, China, Reino Unido y Alemania. Phelps quiere ser el primer Phelps, no el segundo Spitz, al que admira tanto como a Michael Jordan y Tiger Woods. Todos quedarán para siempre en el imaginario colectivo y su épica se relatará de generación a generación. En la era del vértigo global, su grandeza se multiplicará con el paso de los años. Resultará inolvidable.

Como tampoco Nadal olvidará jamás su primera experiencia olímpica. El manacorense, que desde hoy es el número uno del mundo, graduó ayer al tenis en el olimpismo, donde no siempre ha engrasado bien. Salvo André Agassi en Atlanta 1996, ningún jugador de la gran élite había ganado en unos Juegos. Nadal, un competidor excepcional, lo hizo con la energía y brillantez que le caracterizan. Y en un paisaje, el olímpico, que le ha cautivado y seducido, en el que se ha sentido "más deportista que tenista".

Nadal, cuya obra también dejará una huella imborrable, puso el lazo a una magnífica jornada para el deporte español, en la que otro de sus pretorianos, Gervasio Deferr, conquistó una plata que añadir a sus dos oros anteriores. A la espera de un recurso ante los jueces que se resolverá hoy, Iker Martínez y Xabier Fernández -oro en Atenas- fueron plata en vela, lo mismo que Virginia Ruano y Anabel Medina en tenis. España ya tiene siete medallas, una menos que los oros de Phelps. Por algo es el rey de Olimpia.

Michael Phelps, en pleno esfuerzo durante el tercer relevo, a mariposa, en la final de los 4x100 metros estilos.
Michael Phelps, en pleno esfuerzo durante el tercer relevo, a mariposa, en la final de los 4x100 metros estilos.ASSOCIATED PRESS
Rafa Nadal celebra su medalla de oro.
Rafa Nadal celebra su medalla de oro.EFE

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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