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PEKÍN 2008 | Tenis

Una china en cuartos

Dice el gobierno chino que sus esfuerzos para garantizar la calidad del aire incluyeron bombardear las nubes con yoduro de plata para provocar lluvia y que ésta limpiara la atmósfera. Si es verdad, ayer hubo exceso de bombardeos. El aguacero que azotó Pekín obligó a suspender el inicio de la jornada en tres ocasiones. El parón retrasó los partidos de las 16.00 horas hasta las 19.40. Y así, por culpa de la lluvia y de las torres de luz, que todo lo iluminan, Nadal salió a la pista a las 23:55, una hora después de que Vivi Ruano y Anabel Medina accedieran a cuartos. La afición se tomó la jornada con entusiasmo. Un grupo de chinos aguantó el aguacero en la grada. Abundaron los paraguas y los chubasqueros. Y los pisteros se afanaron en secar la pista a cada oportunidad de que se iniciara el juego. Todo al servicio de China.

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Cuando Na Li, su inútil gorra y sus pendientes salieron a la pista, se desató la locura. Los chinos no entienden de tenis, pero sí de banderas. El partido de la china, que tuvo su retranca -pincharon You're my sunshine, el resplandor, cuando se acercaba la medianoche- duró más de dos horas. Acabó a las 23:45, con una china en cuartos. Sólo entonces, cuando ya era noche y aún se olía el aire cargado de la lluvia de verano, pudieron salir a la pista Nadal y Melzer. Fuera de la caseta se encontraron con el frescor de la noche, el serrín para las manos de Nadal y el arrullar de los grillos pequineses en una pista medio vacía. Un sueño para Nadal, que acabó de jugar a la una de la madrugada. Para Melzer, una pesadilla.

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