El PNV rechaza la consulta si no la admiten los jueces

En su día (corría el 21 de mayo), el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, instó a su partido y a sus socios en el Gobierno de Ibarretxe (Eusko Alkartasuna y EB) a que no se "enmarañasen" entre ellos a cuenta de la consulta soberanista del lehendakari. Pese a la advertencia, las tres formaciones evidenciaron fisuras en la recta final de su tramitación.

Llegó el pleno del 27 de junio y la aprobación del texto y sus voces fueron unánimes, pero las desavenencias han resurgido cuando se trata de qué hacer una vez que el Tribunal Constitucional ha suspendido la ley por el recurso del Ejecutivo.

El líder peneuvista ve a su partido como el mayor "enemigo político" de ETA

Urkullu y otros dirigentes de primera fila de su partido insisten una y otra vez en que acatarán la legalidad -"como el PNV ha hecho siempre", recalcan- si el Constitucional prohíbe definitivamente la consulta. En cambio, EA -y su presidente, Unai Ziarreta, insistía esta misma semana en ello- defiende el desbordamiento y "empujar" por la cita del 25 de octubre diga lo que diga el alto tribunal y acate lo que acate el PNV. Con ese telón, Urkullu aprovechó ayer una entrevista en la emisora pública Radio Euskadi para lanzar una seria advertencia a su socio mayor.

El presidente peneuvista enfatizó que están escuchando "determinadas cosas por parte de EA con respecto al PNV que no son de recibo", tanto sobre la ley como sobre el "acatamiento de la legalidad de un partido que tiene entre sus responsabilidades la gestión de un departamento de Justicia". Esta cartera del Gobierno vasco está en manos de Joseba Azkarraga, número dos de EA.

El líder peneuvista destacó que no se puede "decir una cosa y la contraria", cuando el texto legal tiene que ser gestionado por las instituciones vascas, que han de obrar con "rigor", y cumplir "el desarrollo y ejecución de cada uno de sus artículos", incluidos los relativos a su puesta en marcha concreta.

Urkullu desarrolló otras cuestiones en su intervención radiofónica.

- Coalición. Otra muestra de distanciamiento de EA se evidenció cuando señaló que su partido estudiará la posibilidad de volver a concurrir con EA en futuras citas electorales -ya no lo hicieron en las últimas municipales-, "pero teniendo en cuenta" la experiencia acumulada "y en particular en los últimos meses".

- Elecciones. "Estirando el calendario legislativo llegaríamos hasta abril", defendió Urkullu, lo que implica la intención de su partido de agotar la legislatura y que Ibarretxe no adelantara los comicios. "Hablar de febrero o marzo en lugar de abril me parece que no llega a ningún sitio. Estamos hablando del agotamiento de la legislatura", concluyó.

- Objetivo de ETA. Para la banda, el PNV es "el enemigo político", opina Urkullu, palabras, por cierto, que han levantado malestar entre los socialistas. Aunque no quiere entrar en "una carrera" sobre quién está "en el punto de mira" de la banda, el presidente peneuvista abundó en que su formación "no es ajena a las amenazas" y la banda actuará "en función de a quién hace más daño y en que momento utiliza unos objetivos u otros".

- Final de la violencia. Urkullu opina que tiene que haber un final dialogado a la violencia etarra, aunque debe haber una acción judicial y "hay que detener comandos". "Pero el fenómeno del terrorismo", abundó, "no se termina con la detención de comandos. Tiene que haber una garantía de final de la violencia para que nadie pueda valerse de esa ambigüedad de un no pronunciamiento y mañana salga una escisión" Eso sí, tal final dialogado será sin incluir "objetivos políticos".

- Ilegalización de ANV. Atribuyó la posible decisión del Supremo en ese sentido a la "hipocresía de la aplicación arbitraria de la ley de Partidos". Igualmente, denunció la estrategia de "victimización" de la izquierda abertzale.