_
_
_
_
Reportaje:HISTORIAS DE LOS JUEGOS: ROMA 1960 | PEKÍN 2008 | Juegos de la XXIX Olimpiada

Bikila, el maratoniano descalzo

Roma, 52 años después. Los Juegos de Londres, en 1908, debieron haber sido ya en la capital del sur. Pero en 1906, tras la erupción del Vesubio, el Gobierno italiano decidió dedicar el dinero olímpico a reconstruir Nápoles. La sede se tuvo que ir al norte. El olimpismo tenía la deuda de una parada romana y no se arrepintió. Los monumentos fueron convertidos en instalaciones y el peso de la historia dio majestuosidad a las competiciones. Toda una revancha moderna en el centro del antiguo poder de Teodosio, el emperador nacido en España y supresor de los Juegos griegos.

El maratón de Roma fue uno de los pasajes más hermosos de la larga crónica olímpica. El primero que se disputó de noche en un recorrido de ensueño, desde la plaza del Campidoglio, una de las siete colinas, presidida por la estatua de Marco Aurelio, hasta el Arco de Constantino, al pie del Coliseo. Miles de antorchas iluminaron una carrera inolvidable. El ruso Popov y el marroquí Rhadi eran los favoritos, pero nadie apostaba por un africano negro. Si corría descalzo, además, menos todavía. Pero el etíope Abebe Bikila iba a ser diferente.

"Yo me entreno con zapatillas, pero es mucho más cómodo correr sin ellas", dijo el miembro de la Guardia Imperial del Negus, que sorprendió a todos cuando a partir del kilómetro 30 se quedó solo con Rhadi y, más aún, al dejarle a falta de kilómetro y medio para la meta. No parecía el lugar adecuado para atacar, pero Bikila lo escogió porque allí estaba el obelisco de Axum, símbolo de la identidad etíope, saqueado por las tropas de Benito Mussolini durante la ocupación de su país entre 1935 y 1941. Italia se comprometió a devolverlo en 1947, pero tardó más de 50 años en cumplirlo. Bikila le rindió su homenaje más especial. Por azares del destino, el corredor inacabable terminaría en una silla de ruedas tras un accidente de coche en 1969.

Wilma Rudolph se convirtió en Roma en la gacela negra tras recuperarse de una poliomelitis infantil. Ganó los 100, 200 y el relevo de 4 x 100 metros. Fue el contraste a uno de los últimos dominios blancos en la velocidad masculina. Armin Hary, el alemán de salida eléctrica que acababa de ser el primer hombre en correr el hectómetro en 10 segundos un mes antes, se impuso al estadounidense Dave Sime.

Rusia volvió a ganar en el medallero a Estados Unidos y pasó por primera vez del centenar gracias a su dominio en deportes como la gimnasia. Boris Shaklin subió siete veces al podio, cuatro a lo más alto, en el imponente escenario de las termas de Caracalla, y Larisa Latynina, seis y tres en su camino hacia la más laureada de la historia. El regatista danés Paul Elvström, en cambio, necesitó cuatro ediciones, desde que ganó su primer oro en 1948, para dejar en la bahía de Nápoles su hazaña de cuatro títulos consecutivos.

El primer dream team de baloncesto maravilló. Ni John Havlicek tuvo sitio entre los Jerry Lucas, Oscar Robertson y Jerry West, que volvieron a superar el centenar de puntos de media por partido y sólo 60 encajados.

España logró en hockey hierba una medalla de bronce. Sólo fue superada por los dos grandes de la época. Pakistán ganó el oro a la India y rompió su racha de seis títulos olímpicos y 30 victorias consecutivas. Los hermanos Dualde y Pedro Amat, la primera generación de la familia, estuvieron entre los elegidos. Los Juegos llegaron demasiado pronto para la televisión generalizada, que en España empezó cuatro años antes, en 1956. La CBS estadounidense compró los derechos por 394.000 dólares. La NBC ha pagado por los de Pekín 894 millones.

ROMA 1960

- Países participantes: 83

- Número de atletas: 5.338

- 1º medallero: URSS, 103 medallas (43-29-31)

- España: 145 participantes. Bronce en hockey masc.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_