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teatro

'Timón de Atenas' llega a Mérida por vez primera

El Festival de Teatro de Mérida, especializado en obras de temática grecolatina, ha acogido por primera vez Timón de Atenas, que, como en esta ocasión, se adjudica a Shakespeare, aunque la edición de Oxford, que recoge las obras completas del dramaturgo, deja claro que fue un trabajo conjunto con Thomas Middleton.

El Timón de Atenas que se estrenó el pasado miércoles, que tiene por delante una larga gira, cuenta con dirección del portugués Joaquim Benite, escenografía del francés Jean Guy Lecat (habitual de Peter Brook) y con José Pedro Carrión al frente del reparto. La versión es responsabilidad de Francisco Suárez, también director del festival, quien conoce la coautoría y resitúa la historia en la crisis del petróleo de la década de los setenta del XX, dando especial protagonismo al oro negro, al igual que ya hizo en 1978 el escritor mexicano Carlos Fuentes en su obra La cabeza de la hidra, un thriller que, según el autor remarca en sus notas, está en deuda con Shakespeare.

Texto contra el sistema

Suárez y el director Joaquim Benite, para remarcar la época, añaden al espectáculo una banda de jazz y hasta un Cadillac que atraviesa la escena, mientras el figurinista Rafael Garrigós viste a los personajes gansteriles con trajes de impoluto color blanco. "Shakespeare coloca la obra en el siglo V, presenta la Atenas en crisis, no la deslumbrante", comenta Suárez, quien califica el texto de "antisistema, porque critica el capitalismo y el poder del dinero en la sociedad actual".

Lo más notable del espectáculo es la participación de un José Pedro Carrión en plena madurez de su oficio, lleno de recursos y con un deslumbrante dominio de la voz; armas con las que arrastró por momentos al espectador a ese nirvana que el teatro tiene cuando engancha, aunque el montaje, prisionero de una versión deslavazada, no deja crecer ni el trabajo del director ni el del actor, enfrentado a un controvertido personaje de Shakespeare con el que Carrión se identifica: "Mi madre de pequeño me llamaba panoli, y creo que en el fondo ésta es la historia de la inmolación inútil de un panoli enfurruñado".

Benite sostiene que Timón de Atenas es una de las obras de Shakespeare más difíciles de clasificar: "Timón no es un personaje de tragedia, pero cuando busca la soledad para alimentar el odio contra la propia naturaleza humana, sí se le puede ver así".

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