China se exhibe con una prodigiosa apertura de los Juegos
China respondió de forma grandiosa y exquisita al reto olímpico. La ceremonia de apertura de los Juegos de Pekín 2008, ideada por el cineasta Zhang Yimou, fue una exhibición prodigiosa que condensó la historia del país con refinamiento y un gran despliegue tecnológico. La culminación del acto, que duró unas cuatro horas, la protagonizó el gimnasta y séxtuple medallista Li Ning, que dio la vuelta al estadio colgado del cielo a unos 70 metros de altura para encender el pebetero. Lo visto en Pekín fue tan contundente que Londres, la próxima anfitriona olímpica, consideró que el acto de ayer es insuperable. Unas 91.000 personas acudieron al Nido y se estima que la ceremonia fue presenciada por 4.000 millones de espectadores.
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