_
_
_
_
Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Simon Gray, dramaturgo y guionista británico

Último cigarrillo (Last cigarette) es el título del penúltimo capítulo de las memorias de Simon Gray, que el destacado dramaturgo británico completaba pocas semanas antes de su muerte, el 8 de agosto. Ese relato de su infructuosa lucha contra la adicción al tabaco forma parte de sus afamados escritos autobiográficos, tan mordaces como implacables con sus propias debilidades, incluido un alcoholismo que sí logró superar. A los 71 años, Gray ha sucumbido frente al cáncer de pulmón, un combate detallado en el inédito Coda, que la editorial Granta publicará próximamente.

Su figura póstuma ha suscitado innumerables elogios en el Reino Unido, como escritor y autor de una treintena de obras para teatro, cine, televisión y radio, pero en vida su obra fue ninguneada por su carácter comercial, frente a la de otros dramaturgos contemporáneos, como David Hare o Tom Stoppard. Y ello a pesar de que su lista de admiradores la encabezaba el Nobel británico Harold Pinter, uno de sus grandes amigos y director de algunas de sus producciones.

Lejos del tono de reivindicación política que dominaba en el teatro de la posguerra, Gray fue el artífice de personajes de clase media alta, impregnados de una melancolía chejoviana, cuya incapacidad para comunicarse con los demás, de amar y ser amados, les lleva a refugiarse en la ironía. Creó grandes papeles masculinos en los que reincidieron sobre todo dos de sus actores fetiche, el fallecido Alan Bates y Edward Fox, protagonista memorable de Quartermaine's Terms (1981), su obra más aclamada, todo un lamento por la vieja Inglaterra que ha dejado de existir.

La pieza desarrolla su trama en la universidad de Cambridge -un escenario recurrente en su obra- donde Gray estudió tras una dura infancia a caballo entre Hampshire (donde nació en 1936) y Montreal. Con la guerra, en 1939, él y su hermano fueron evacuados a esta ciudad canadiense, de donde el padre era oriundo. Bajo el cuidado de unos rígidos familiares, sus únicas evasiones fueron los cómics y el tabaco: en sus memorias confiesa que a los ocho años ya fumaba diez cigarrillos al día. En su madurez añadió cuatro botellas de champán como media diaria.

Compaginó la vida académica en universidades inglesas y canadienses con una temprana vocación literaria, que arrancó con una serie de cuatro novelas -la más destacable, Simple people, (1965)- para volcarse pronto en la dramaturgia. La decisión del gran actor Alec Guinness de encabezar el reparto de Wise child (1967) colocó el nombre de Gray en el West End londinense, aunque su primer gran éxito vino de la mano de Pinter, quien dirigió a Alan Bates como el antihéroe de Butley (1971). Fue el inicio de una prolífica colaboración mútua. En Japes (2001), se inspiraba en la tragedia de su hermano menor, que sucumbió al alcoholismo. Este es sólo uno de los títulos de la vasta y versátil producción que deja tras de sí.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_