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Cómo contraer deudas sin que figure en ninguna parte

Las normativas presupuestarias impiden endeudarse a las administraciones autonómicas. Tienen que funcionar con el criterio de déficit cero, es decir, los ingresos y los gastos tienen que coincidir. Pero eso nunca ocurre y la mayoría de los gobiernos se endeudan. Para ello disponen de diversos medios. Y los utilizan todos.

Los gobiernos de CiU crearon GISA (Gestión de Infraestructuras, SA), una empresa pública que, al ser una sociedad anónima, funcionaba al margen de los criterios de la Administración. Es decir, podía endeudarse y lo hacía para acometer obras públicas. Un día, el PP se enfadó con CiU y forzó una votación que obligaba a contabilizar como deuda pública el endeudamiento de GISA.

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Hubo que buscar nuevos métodos de endeudamiento que no contaran como deuda. Uno de ellos es el denominado "método alemán". Se trata de adjudicar obras cuyo pago se efectúa a la entrega de éstas. Como una obra pública (sobre todo carreteras, trenes y metros) dura mucho tiempo, el pago también se aplaza. Además, el método alemán permite que el pago no se haga en el momento mismo de la entrega, sino que se puede aplazar cierto tiempo.

"Peaje a la sombra"

Otros sistema es el llamado "peaje a la sombra". Se utiliza, sobre todo, para autovías. En este caso, la Generalitat adjudica una obra a una empresa que la construye y mantiene durante un determinado periodo, lo que dure la concesión. Al contrario de lo que ocurre con las autopistas de peaje -la constructora recupera el dinero en el pago de cada conductor-, en el caso del peaje a la sombra es el Gobierno catalán el que paga en función del número de vehículos que utilicen la vía. En este caso, el pago se dilata también varios años.

Otros sistemas de hacer obras y aplazar los pagos es el derecho de superficie. El Ejecutivo actual lo ha utilizado para cárceles, escuelas, comisarías e incluso la Ciudad de la Justicia, que acogerá buena parte de los juzgados de Barcelona. En este caso, la constructora se hace cargo de las obras y del mantenimiento durante un número determinado de años, los que establezca el pliego del concurso.

CiU utilizó, además, otro sistema para ocultar deudas. Cuando un ayuntamiento, un consejo comarcal o incluso un particular tenía derecho a una subvención, en vez de pagársela, hacía que pidiera un crédito y lo avalaba. Como el Gobierno catalán no era el titular del crédito, no figuraba que tuviera deuda alguna.

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