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Entrevista:STUART E. LUCAS | Millonario y gestor de patrimonios en Estados Unidos | VIENE DE PRIMERA PÁGINA... LA CRISIS FINANCIERA

"Sigan el rastro de las comisiones"

David Fernández

El 18 de julio de 2007, el banco estadounidense Bearn Stearns anunció la quiebra de dos fondos de inversión. Entonces parecía un problema aislado, producto de la mala gestión de riesgos de la entidad. Pero era mucho más que eso; era el primer síntoma de una enfermedad que se ha extendido como una hidra por el sistema financiero mundial. Aún no se ha descubierto la vacuna que acabe con esta bacteria destructiva de nombre subprime. Ya se ha cobrado 93.600 empleos. Además, bancos y aseguradoras han reconocido pérdidas por valor de 284.500 millones de euros y han tenido que captar 210.000 millones para tapar los agujeros de sus balances.

¿Es la peor crisis de la historia? "Yo no diría tanto, pero sí creo que habrá mucha gente que lo pase muy mal en los próximos meses". El diagnóstico es de Stuart E. Lucas, miembro de una de las grandes fortunas familiares estadounidenses (vinculada a la fabricación de leche en polvo) y experto en asesorar a otros ricos sobre dónde y cómo invertir su dinero.

Lucas promueve la inversión ética: "La riqueza, sin valores, es sólo dinero"

El epicentro de la actual crisis hay que buscarlo en el mercado hipotecario de EE UU. Durante un largo periodo de tiempo se habían concedido créditos a mansalva para la adquisición de viviendas a deudores que no ofrecían grandes garantías (préstamos conocidos como subprime). El negocio iba como un tiro; tanto, que los bancos necesitaban liquidez para seguir dando créditos. ¿Qué hacer? Aprovechar la globalización financiera, que para algo está. Las entidades acudieron a los mercados de capitales para refinanciar las hipotecas mediante complejos productos estructurados en los que invertían desde hedge funds hasta los agricultores franceses a través de sus planes de pensiones. Así se diversificaba el riesgo, pero, al subir la morosidad, lo que debería haber sido un problema local se convirtió en una crisis planetaria.

Como en las novelas negras, en las que el detective aconseja seguir a la mujer para resolver el caso, Lucas dice que la crisis da una lección para el futuro: "Sigan el rastro de las comisiones". Compara el caso de estas hipotecas con el de una cinta de embalaje. "La hipoteca inicial se empaquetaba en un producto llamado titulización que se vendía a un tercero. Éste volvía a empaquetarlo y se lo vendía a otro cliente...".

El activo había cambiado tanto desde el origen que el cliente final no sabía exactamente qué estaba comprando ni las agencias de calificación de riesgo (otros de los grandes perdedores) lo que estaban calificando. "Cuando alguien me recomienda una inversión, en primer lugar, trato de comprender el producto y, a continuación, saber quién recibirá dinero si yo lo compro y por qué", añade Lucas.

El repunte de los morosos puso contra las cuerdas a los bancos estadounidenses. Éstos, a su vez, empezaron a incumplir sus compromisos con aquellos que les habían dado dinero para conceder más préstamos, y así sucesivamente. El miedo que el agujero había provocado llevó a las entidades a no fiarse de sus rivales. El mercado interbancario, donde se prestan dinero entre sí, se secó, forzando a los bancos centrales a inyectar miles de millones.

Este caos coincidió con los primeros síntomas de desaceleración económica a ambos lados del Atlántico. Todo manual de economía señala que cuando ésta se atranca, una de las armas son las rebajas de los tipos de interés. Sin embargo, el repunte de la inflación dificulta rebajar el precio del dinero. La tormenta perfecta, según los expertos.

Uno de los nubarrones de esta tormenta es el encarecimiento de las materias primas, especialmente del crudo y de los alimentos básicos. El maíz y el arroz se han convertido en un activo de inversión más y, por tanto, en su precio influyen factores al margen de oferta y demanda. "La especulación forma parte de la naturaleza humana. El problema es cuando hay un exceso de especuladores".

La crisis financiera ha reforzado la creencia de Lucas acerca de que no todo vale para ganar dinero. Como si se tratase de una letanía, recuerda a sus clientes las ventajas de la inversión ética y sostenible. "La riqueza, sin valores, es sólo dinero".

Lucas es miembro de una de las grandes fortunas familiares estadounidenses. Ahora se dedica a asesorar a otros ricos sobre cómo invertir.
Lucas es miembro de una de las grandes fortunas familiares estadounidenses. Ahora se dedica a asesorar a otros ricos sobre cómo invertir.SANTI BURGOS

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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