Cae el clan de Los Piturros, una gran red de 'narcos' de Galicia

El clan de Los Piturros era hasta ayer uno de los principales en el tráfico de cocaína en España. Tenía contacto directo con los distribuidores colombianos para traer grandes cantidades de droga por mar. Uno de los envíos tenía que llegar a las costas gallegas en estos días. Eran 2.500 kilos de cocaína que la policía ha interceptado en alta mar. La operación, con 11 detenidos, ha desarticulado el clan, según informó ayer Eloy Quirós, comisario jefe de la Udyco central.

La droga venía a España transportada por cinco venezolanos en un barco sin bandera llamado Río Manzanares. Es un pesquero antiguo que salió de Venezuela para encontrarse en alta mar con otro buque gallego que debía encargarse de llevar la cocaína a España. Cuando el Río Manzanares estaba aún más cerca de las costas americanas que de las españolas, en plena noche, un grupo de agentes del Grupo de Operaciones Especiales (GEO) que viajaba en un barco de la Agencia Tributaria lo abordó y detuvo a los narcotraficantes. Esto ocurrió el pasado 26 de julio, en la primera fase de la operación, tutelada por el juez Baltasar Garzón.

La segunda fase se produjo en la madrugada de ayer, con la detención en Galicia de los seis responsables del cargamento en España. Dos de ellos eran gallegos que tenían la responsabilidad de la organización colombiana en España, los "embajadores", en palabras del comisario de la Udyco. De estos, Manuel Díaz, El Piturro, era el único superviviente del clan arousano que estaba en libertad. El otro mantenía contacto permanente con los suministradores y estaba encargado de coordinar la operación de entrega de la droga. Los otros cuatro arrestados en España eran "narcotransportistas". Tenían como misión encontrarse con el barco venezolano en alta mar para acercar la droga a la costa y, a pocas millas, distribuirla a varios puntos de Galicia mediante planeadoras.

"Es importante interceptar el barco en alta mar, porque es muy difícil atraparlos cuando van en las lanchas, que además suelen ser cuatro o cinco que hacen distintas rutas para no perder toda la mercancía en caso de ser detectados", explicaba ayer Quirós. Por eso se produjo el desplazamiento a alta mar de agentes especializados en este tipo de abordajes, que "deben actuar por la noche para pillarles lo más distraídos que sea posible y que no puedan arrojar nada al mar".

Pero antes de llegar a las planeadoras, los narcotraficantes necesitan otro barco puente que acerque la droga. Para eso, la red se valía de empresarios y armadores vinculados al mundo de la pesca. Uno de ellos, detenido en la operación, era A. M. B. B., que se encontraba en libertad condicional y controlaba la entrada de la cocaína por la Costa Norte de Galicia, según la policía.

Las 2,5 toneladas de droga que han sido decomisadas estaban distribuidas en 80 fardos que alcanzarían un valor en el mercado de más de 80 millones de euros vendidas por kilos. El precio al por menor, una vez cortada y adulterada la droga, se multiplicaría, explica una fuente del caso. Dada la enorme cantidad de droga, la policía cree que una parte sería distribuida en España y que el resto tenía como destino otros lugares de Europa.

Entre el material incautado había, además de la droga y el barco pesquero -que fue remolcado a Las Palmas de Gran Canaria-, un chaleco antibalas, varios coches, documentación diversa (claves alfanuméricas, coordenadas y frecuencias de comunicación vía radio) y sistemas de telecomunicación.

La policía da por desarticulado al grupo de narcotraficantes, aunque no descarta nuevas detenciones.