"El mundo merece a Obama"
El asesor demócrata Juan Verde tiene clara su misión: buscar el voto hispano
Juan Verde es un converso. Uno de los muchos en Estados Unidos que no contaron en un principio con que un joven e inexperto senador de Illinois acabara convirtiéndose en lo que hoy es, pero que han acabado rindiéndose ante el carisma del candidato demócrata a presidir el país, Barack Obama.
"Es el hombre que el mundo necesita y merece", asegura este empresario canario con nacionalidad norteamericana, que ha pasado 17 de sus 36 años de vida en Estados Unidos. Ha participado en todas las campañas presidenciales desde 1992. A veces cobrando y a veces, no. Siempre del lado del Partido Demócrata. En 2000, cuando trabajaba en una multinacional, pidió seis meses sabáticos para ayudar, sin remuneración, a Al Gore.
"Nadie pensaba que un católico podía presidir; llegó Kennedy y lo hizo"
Ahora, no cree exageradas las reiteradas comparaciones entre Obama y Martín Luther King o John F. Kennedy. "Poca gente tiene esa magia", defiende. Verde acaba de incorporarse al ingente equipo de colaboradores del candidato. Es uno de los encargados de conseguir atraer el voto hispano, esencial en Estados clave como Tejas, Colorado o Nevada y que le podría llevar a ganar las elecciones.
A pesar de la pasión con la que habla de Obama, estuvo casi un año y medio del lado de Hillary Clinton, en su Comité de Finanzas, en la guerra que se libró durante meses dentro de las filas demócratas para alcanzar la victoria en las primarias. A su marido, el ex presidente Bill, lo conoció en 1990. Por aquel entonces, recién graduado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston, Verde trabajaba para el alcalde de esta ciudad, que decidió apoyar desde el principio al joven y desconocido Clinton.
"Tengo una relación muy buena con el matrimonio y por eso apoyé a Hillary, que me parecía una candidata excelente", explica. "Pero precisamente ése fue el problema que condujo a la derrota. Era la candidata perfecta, inevitable, la favorita. No podía perder... así que el equipo se confió y no se dio cuenta de lo que se avecinaba. Estábamos muy preparados para las elecciones generales, pero no para las primarias. Y subestimamos el potencial y carisma de Obama".
"Cuando empezamos a ver lo que ocurría, lo negamos", continúa. "Pensamos que era cosa de un día. No entendimos que la sociedad estaba sedienta, ansiosa de un cambio radical. Hillary hablaba de un cambio en relación a los republicanos, pero la sociedad quería más, no a un político al uso. Y los medios de comunicación se enamoraron de Obama mientras nosotros intentábamos improvisar un plan B que no existía".
Tras la renuncia de Clinton, este empresario sucumbió a la obamanía y se unió a la campaña. "A mí me gustaría que Hillary lo acompañara como vicepresidenta, pero no va a ser así. Y no por lo duras que han sido las primarias. Ahora mismo no es importante si se llevan bien o mal, sino quién le va a ayudar a ganar las elecciones. Eso es lo único que cuenta".
Y los números dicen que Obama necesita a alguien que supla sus carencias. "Hillary es como él. El que la quiere la ama a morir, y al que no le gusta la odia con ganas. Obama necesita a alguien distinto, más neutro, que no provoque recelos. Que guste a las mujeres, a los hispanos, pero que también pueda ganar votos en la América profunda. Con experiencia en las fuerzas armadas, en seguridad, con canas".
Verde habla con extraordinaria pasión de la política norteamericana. Fan devoto de El ala oeste de la Casa Blanca, vive a caballo entre Washington y Madrid desde 2004, cuando decidió cruzar el charco de vuelta a España para montar una empresa de consultoría. Es presidente de la Cámara de Comercio estadounidense en Canarias y representante del proyecto contra el cambio climático de Al Gore en España.
Ahora está centrado en la campaña, y en las dos cosas que le tocan: el voto hispano y el voto en el extranjero. "Algunos Estados se deciden por una diferencia escasa en número de votos entre los candidatos, así que todos son importantes. Y en España viven más de 100.000 estadounidenses a los que hay que convencer para que voten aunque estén fuera del país, facilitarles las cosas", dice.
Sobre el ganador no parece tener dudas. "Tengo ya muchas elecciones a mis espaldas y nunca he visto algo igual. Hay sectores de la población -negros, hispanos, musulmanes- que se sentían al margen del sistema y que creen que con este candidato tienen algo que decir, que va a construir una América para todos. Y Estados Unidos está preparado para tener un presidente negro. El racista de Luisiana siempre va a estar ahí, pero los cambios son parte de la idiosincrasia del país".
Verde reconoce, sin embargo, que es difícil que el candidato, si llega a la presidencia, logre colmar las expectativas desmesuradas que ha despertado, en Estados Unidos y en el extranjero. "Será complicado", dice. "Pero sin duda el mundo verá un cambio, a mejor. Obama, en sí mismo, es una revolución".
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