Nueva vuelta al círculo virtuoso

Desde que hace casi un mes el petróleo comenzara a caer, la Bolsa ha detenido su hemorragia. No se ha escapado de los sustos, ni del pánico. Está en su código genético. Pero como si de un círculo virtuoso se tratara, a cada bajada del crudo responde la Bolsa con ganancias. Ayer fue el caso.

El lunes el petróleo comenzó a caer cuando los mercados europeos ya habían cerrado. No pudieron beneficiarse de ello. Así que ayer, y tras varios días de caídas significativas, los inversores se agarraron al crudo para apostar por las compras con ganas, casi con ansia.

Otras materias primas como el maíz o el cobre también continuaron aflojando la presión. Sobre todas pesan los altos precios que han alcanzado y la expectativa de una menor actividad económica; en consecuencia, menos demanda. La teoría, tantas veces incumplida, dice que unas materias primas más baratas se traducen a la larga en menos inflación y, por tanto, alejan la posibilidad de subidas de tipos de interés. O sea, más madera para las compras en un día propicio.

El Ibex aprovechó la jornada y recuperó parte del terreno perdido en los días anteriores. Cerró en 11.750 puntos, al subir un 2,65%, y volvió a pasar una nueva jornada en el rango de los 11.000 y 12.000 enteros en que se mueve desde el 1 de julio. Con el índice selectivo se animó la negociación, que ascendió hasta los 4.270 millones de euros en el conjunto del mercado y 2.891 en el abierto.

Los inversores aprovecharon el castigo que en días precedentes habían recibido algunos valores para comprar. De esta forma, la banca, la constructora Ferrovial y las concesionarias de infraestructuras (Cintra y Abertis) encabezaron las ganancias. No fue el caso de Iberia, que lideró los números verdes del índice selectivo al calor de su fusión con British Airways.

En el resto del continente, la tónica alcista se mantuvo. El Dax alemán fue el principal beneficiado. Si bien, todos los grandes índices lograron subidas por encima del 2%. La apertura alcista de Nueva York, a la espera de que concluyera la reunión de la Reserva Federal (que mantuvo los tipos oficiales del dólar en el 2%), no hizo sino apuntalar las ganancias que se acumulaban en Europa desde primera hora.