"Estamos cerca de los grandes"
Alonso se muestra optimista por el cuarto puesto y su ritmo de carrera
Poco importan las circunstancias. La cuestión es que ayer Fernando Alonso consiguió acabar cuarto en Hungría y que es su mejor resultado en una carrera desde que inició el curso anual en Australia. Las dos veces sumó cinco puntos, pero de Budapest se marchó más ilusionado que de Melbourne porque se dio cuenta de que aquí tuvo coche para defender su posición, para mantener a raya al Ferrari de Kimi Raikkonen durante toda la primera parte de la carrera y para superar incluso al BMW de Robert Kubica.
"En Australia también fui cuarto, pero tuve más suerte porque ocupaba la octava posición a falta de diez vueltas y, de repente, me vi cuarto gracias a los abandonos", explicó Alonso; "aquí he tenido también suerte, pero nos hemos ganado el resultado en la pista. Se puede decir que es la primera carrera que estamos cerquita de los grandes y, sin duda, ha sido la mejor carrera en lo que llevamos de año".
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Por primera vez esta temporada, Alonso comenzó bien desde el principio. Sus neumáticos no patinaron en la salida y aquello le permitió superar sin problemas a un Raikkonen que salía por el lado sucio y atacar incluso a Timo Glock, que le cerró la puerta cuando se dio cuenta y obligó a Alonso a pisar el freno. El español iba sexto, pero la diferencia entre esta carrera y las anteriores fue que ayer se veía con armas para mantener su posición y atacar incluso a Kubica, quinto, a pesar de tener detrás a Raikkonen: "El coche era más fácil de conducir. Podías atacar y salir de las curvas más confiado. Mantenía la trazada y era difícil adelantarme".
Desde la primera vuelta a la 22ª, en la que ambos repostaron, Alonso mantuvo el ritmo de carrera de Raikkonen, que ni siquiera intentó adelantarle. En la salida del pit-lane, el español perdió de golpe los casi 40 metros que le llevaba de ventaja al entrar. Fue la primera sorpresa. La segunda llegó más tarde, cuando ambos volvieron a repostar sin que nada hubiera cambiado en el segundo stint (vueltas entre el primer y el segundo repostaje). Raikkonen perseguía a Alonso y cometió un leve error que hizo pensar que no podría superarle en el repostaje. Pero el finlandés se mantuvo una vuelta más en la pista y cuando salió del box en la 51ª lo hizo por delante del español.
"Estaba convencido de que eso no ocurriría", explicó Alonso; "cuando miré por el espejo y vi que Kimi se había salido un poco, pensé que saldría por delante de él. Mi vuelta posterior al repostaje fue buena. Y, sin embargo, cuando él salió, me aventajaba al menos en 500 metros. No podía creerlo. Deberemos estudiarlo muy bien porque ya ocurrió también en el primer repostaje. Puede que ellos inviertan dos segundos menos en meter 50 litros de gasolina en el coche. La cuestión es que su repostaje fue mucho más rápido que el nuestro".
Aquello le costó el podio a Alonso. Porque, tras el pinchazo de Hamilton y la rotura de motor de Massa, ascendió dos posiciones y acabó cuarto. Sin embargo, en su último stint pudo comprobar que los Ferrari no estaban a su alcance. Massa había volado todo el gran premio y había merecido la victoria de forma incuestionable: fue mucho mejor que los dos McLaren. Y Raikkonen comenzó a correr de verdad cuando colocó neumáticos blandos. Entonces fue inalcanzable para Alonso, que estaba enfrascado tratando de evitar que Hamilton le alcanzara: le tenía a 3,5 segundos: "Le veía venir por detrás [desde la vuelta 52ª, a 17 del final] y forcé a fondo para conseguir que se acercara lo más tarde posible. Al final, ni me alcanzó". Fue la última buena noticia.
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