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Reportaje:Primer plano

Los empresarios culpan al Gobierno

La mayoría cree que la crisis va para largo y que la política del Ejecutivo les perjudica

En el primer aniversario de la crisis que nos ocupa, que arrancó en agosto de 2007 en EE UU con el escándalo de las hipotecas de alto riesgo, ya no hay prácticamente en España un solo empresario que crea que las cosas en economía van a ir a mejor en los próximos meses y son mayoría (51%) los que culpan al Gobierno del agravamiento de sus males. Tras las bambalinas del inicio del diálogo social en esta legislatura, escenificado el martes en el palacio de la Moncloa con una solemne declaración suscrita por patronales, sindicatos y Gobierno, el panorama es poco o nada halagüeño, y abundan más las tensiones y las criticas que el consenso.

Si como dice cada dos por tres el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, "el pesimismo no ha creado nunca un empleo", aunque afortunadamente las afirmaciones por repetidas no son más infalibles o ciertas, estaríamos a un paso del abismo. Casi el 100% de los empresarios españoles opina que la economía ha empeorado en el segundo trimestre y, lo que es más grave, cree que se va a seguir deteriorando en el segundo semestre.

Nueve de cada 10 empresarios afirman que la situación ha empeorado
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Un diagnóstico asumido también esta semana, tras meses de eufemismos y discusiones bizantinas en el Ejecutivo sobre si había que bautizar como "desaceleración" o como "crisis" la actual situación por el vicepresidente y ministro de Economía y Hacienda. Pedro Solbes ha reconocido que el Gobierno trabaja ya con la hipótesis de "crecimiento muy cerca del cero en los próximos trimestres".

No podía hacer otra cosa. El Banco de España confirmaba apenas unas horas después que la crisis se ha acentuado en el segundo trimestre, con un frenazo del crecimiento que apenas alcanzó el 0,1%, lo que ha reducido el aumento interanual del Producto Interior Bruto (PIB) al 1,8%. Un "significativo recorte" de la demanda interna, con un desplome histórico del consumo, y una corrección más aguda del sector de la construcción son las causas del deterioro, según se afirma en el último boletín económico de la entidad.

No es extraño, por tanto, que estemos ante los peores indicadores históricos de confianza empresarial recogidos por el Barómetro de Empresas en su última edición, que elabora Deloitte para El País Negocios desde 2000. El pesimismo campa a sus anchas entre un empresariado relevante (en la consulta participan 280 grandes compañías que reúnen una facturación conjunta que supera el billón de euros y más de un millón de empleos) que reprueba mayoritariamente, con niveles de rechazo nunca alcanzados, la trayectoria económica del Gobierno. Sólo uno de cada 10 empresarios cree que la actual política del Gobierno le beneficia.

Desconfianza que se ha extendido extramuros de la empresa y que afecta ya a consumidores, inversores y ahorradores, mercado laboral..., dentro y fuera de casa.

Dentro, en el mercado doméstico y por sólo citar datos muy recientes, las ventas del comercio al por menor en España han caído un 9,8% en junio en términos interanuales y constantes (eliminando el efecto precios), mientras que el empleo en el sector minorista creció un 0,1%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La crisis inmobiliaria, por su parte, suma y sigue con caídas hasta final de mayo del 34,3% en operaciones de compraventa de viviendas y del 36,1% en viviendas hipotecadas, según el INE, y descensos hasta el citado mes del 57,2% en visados de obra nueva, según el Ministerio de Fomento.

Y fuera de casa, en la zona euro, según la Comisión Europea, el indicador de sentimiento económico experimentó en julio un descenso de 5,3 puntos, el mayor mensual desde octubre de 2001, y se situó en su nivel más bajo desde marzo de 2003.

La visión negativa de los empresarios consultados en el barómetro alcanza a los indicadores más importantes de la actividad y la percepción económica, como los relativos a producción y facturación, donde el número de compañías que esperan mejorarlos en la segunda mitad del año no alcanza el 50% del total; o los relativos a empleo, donde menos de un tercio de las empresas -la mitad que en 2007- confía en aumentarlo. Crece, por el contrario, el número de compañías que piensa reducir sus plantillas.

Datos que casan con el anuncio de concursos de acreedores -las antiguas suspensiones de pagos- como el de Martinsa-Fadesa, con sus subsiguientes expedientes de regulación de empleo, y con los cada vez más frecuentes planes de despidos masivos, como los 1.000 anunciados hace unos días por Spanair. No es extraño que un 68% de los españoles sea pesimista con la situación de la economía nacional, que la mitad de la población confiese que su economía familiar se ha deteriorado y que un 70% crea que el paro seguirá aumentando, siendo las expectativas sobre el comportamiento del desempleo en 2008 las peores en un lustro, según refleja un trabajo de campo realizado por Factam para la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas).

Hay que relativizar y limitar, no obstante, el impacto de la crisis. Según las respuestas recogidas en la última edición del barómetro, la mayor parte de las empresas sigue teniendo a sus empleados mediante contratos fijos, a pesar de que el porcentaje de empresas en las que más del 90% de los trabajadores gozan de un contrato fijo ha disminuido cuatro puntos, hasta el 45,6%, en el pasado segundo trimestre. El porcentaje de encuestados que admiten que menos de la mitad de sus empleados tiene contrato fijo ha aumentado hasta el 3,4% frente al 2,3% anterior.

Las cifras de rentabilidad e inversión, por otra parte, se han quedado también por debajo de las previsiones de los empresarios en el segundo trimestre, pero presentan una evolución y unas expectativas para el resto del ejercicio menos negativas en términos relativos que otros capítulos de la actividad empresarial.

Los beneficios antes de impuestos en las empresas que los han tenido han progresado menos que en anteriores trimestres y prácticamente no ha habido excepciones. Los cinco grandes de la banca (Santander, BBVA, Caja Madrid, La Caixa y Banco Popular), por ejemplo, han reducido su beneficio neto conjunto en el primer semestre de 2008, respecto a igual periodo del año pasado, en un 0,8% y han elevado por encima del 1% su ratio de morosidad.

La situación es mucho peor en otras empresas y sectores. Una de cada 10 empresas españolas, cerca del 10,3% del total, se encuentran ante un elevado riesgo de incumplir con sus compromisos de pago a lo largo de los próximos 12 meses, según un estudio elaborado por Iberinform, empresa perteneciente al Grupo Crédito y Caución. Este porcentaje incluye a las empresas que ya vienen incumpliendo sus obligaciones y a las compañías vulnerables a variaciones negativas de su entorno económico, así como a las que la situación de crisis económica hace más propensas al incumplimiento, con una probabilidad de generar impago superior al 70%.

La evolución de la inversión neta empresarial durante el segundo trimestre de 2008 ha sido favorable, según los datos del barómetro, dado que más de la mitad de las compañías la han incrementado, alcanzando prácticamente las previsiones realizadas tres meses atrás para este periodo.

La aparente contradicción entre el comportamiento positivo de la inversión y el más negativo de la facturación, la producción, el empleo o los beneficios, puede deberse en parte a dos factores, según los expertos. Al carácter plurianual de muchos de los programas de inversión y a la imposibilidad de clausurar sobre la marcha, y sin que hayan concluido los mismos, partidas comprometidas, por ejemplo, en la construcción de una fábrica o en contratos suscritos de adquisición de determinados activos. También puede haber un cierto nivel de maquillaje en las respuestas de los empresarios al barómetro, explican los expertos, para que competidores, inversores y clientes crean que le va mejor de lo que les va porque está apostando a futuro con las inversiones.

En un análisis más detallado de la evolución económica por sectores, según los datos del barómetro, se observa que en todas las actividades el 90% de los empresarios como mínimo asegura que la situación ha empeorado, y en cuatro (agricultura, ganadería, minería y pesca, construcción y contratas, mayoristas y detallistas) no hay una sola compañía que declare haber mejorado o mantenido la situación del primer trimestre. Las perspectivas para el segundo semestre de 2008 siguen siendo igual de pesimistas, en la medida en que sólo una de cada cinco empresas consultadas considera que la situación mejorará o se mantendrá.

Los empresarios, a juzgar por sus respuestas al barómetro, están convencidos de que hay crisis para rato, que todavía no se ha tocado el suelo del deterioro de la situación económica en España y que el Gobierno no está haciendo bien sus deberes.

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