El misterio a los 41
La estadounidense Dara Torres, asmática y retirada durante años, será la nadadora más veterana en la historia olímpica
Más allá del asalto de Michael Phelps a las siete medallas de oro de Mark Spitz en Múnich 72, el Centro Acuático de Pekín acogerá estos Juegos a Dara Torres (Florida, EE UU), una estrella especial, única, que a sus 41 años busca convertirse en la nadadora de más edad que haya subido jamás a un podio olímpico. Torres, la más veterana en participar, endrá tres oportunidades: los 50 metros libre, los 4x100 metros libre y los 4x100 estilos.
¿Cómo lo ha logrado? ¿Dónde están los límites de esta mujer que empezó a brillar a los 15 años y ha ganado nueve medallas olímpicas en cuatro Juegos, desde Los Ángeles 84, saltándose otros dos? "Es mi heroína", dijo de ella Mel Stewart, uno de los grandes mariposistas de la historia. Stewart añadió también algo fundamental: "Es la que más se entrena, la más trabajadora, no importa la edad". El inmenso velocista Biondi, con sus 11 medallas a cuestas, sentenció: "Ya era hora de romper moldes, de que era el fin en la natación si las chicas se hacían mujeres o los chicos se graduaban. Adelante con su vida. Dara está por encima de todo eso. Ha acabado con los viejos conceptos".
La velocista participa voluntariamente en un programa antidopaje
La madurez le ha dado a Torres mucha más profesionalidad y el cuerpo le ha respondido, a diferencia de otros. Como Spitz, sin ir más lejos, cuyo regreso, también a los 41, no funcionó. Llevaba 20 años retirado. Dara volvió a competir en lo más alto en los Juegos de Sidney 2000, tras un parón de seis años. Igual que ahora en Pekín. Tanto despliegue también ha despertado sospechas. Hace año y medio, justamente cuando empezó su preparación más dura para los Campeonatos Nacionales de 2007, se le diagnosticó asma. Desde entonces, Torres toma dos medicamentos, uno por la mañana y otro inmediatamente antes de nadar cada prueba.
Los más desconfiados tachan a la nadadora de tramposa. "Hoy en día, teniendo que pasar tantos controles, no puedes hacer trampas", se defiende Torres, que se ha ofrecido voluntariamente a pasar más controles aún de los exigidos. De hecho, forma parte de un programa de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), en el que una docena de atletas dan muestras de sangre y orina en cualquier momento. Por ello, no ha estado especialmente en el foco de las dudas, pese a ser un caso tan particular, pero tampoco ha podido evitarlas. Como su relación con David Hoffman, un endocrino especializado en hormonas de la reproducción, justamente las que han lindado desde siempre con el dopaje.
Pero la realidad es su tremenda capacidad de trabajo, reconocida por todos. Hasta el último momento. La misma mañana de la final de los 50 metros libre de los trials de EE UU la pasó entrenándose en la salida. Sus tiempos de reacción, dada su gran estatura, 1,83 metros, habían sido muy malos. Casi todas sus rivales bajaron de 0,70s. Ella hizo 0,78s en las series y, con 0,76s en la semifinal, batió su récord en 24,38s. Pero a ella y a su entrenador, Michael Lohberg, le seguían pareciendo flojos. En la final, ya "entrenada", hizo 0,72s. Y aún le queda Pekín.
"Si Dara tiene un secreto, no es el dopaje", ha declarado Lohberg. "A su edad no hay margen para el error. Es el entrenamiento con el que ha logrado una técnica impecable, incorporando los medios más modernos en biomecánica y medicina". Incluso fue operada en un hombro en noviembre para corregirle una hipertrofia de la articulación acromioclavicular. Da igual. Torres ha roto ya todos los límites deportivos. Bate sus récords de hace ocho años y vence a nadadoras que podrían ser sus hijas, como Jessica Hardy, que la acompañará en los 50 metros libre de Pekín... con 20 años menos. Según Paul Whitten, médico y director ejecutivo de la Asociación de Entrenadores Estadounidense, "si el nadador no sufre lesiones y sigue entrenándose, puede estar tan bien a los 41 o 42 años como estuvo a los 25".
Dara terminó los trials avisando: "Tenía esperanzas de ir un poco más rápido". En la final de los 50 metros libre bajó su récord nacional (24,25s). "Hay chicas en el mundo que hacen entre 24,1s y 23,9s. Yo tengo ahora cinco semanas más para ganar otras 20 centésimas y competir con ellas. De momento estoy muy feliz y sé que debo trabajar más para conseguirlo". Trabajar, trabajar siempre.
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