Ripoll se desmarca de Camps y apoya las desaladoras

Por fin empiezan a entenderse PP y PSOE en materia hídrica, al menos en Alicante. Los dos partidos aprobaron ayer en el Pleno de la Diputación de Alicante, que preside José Joaquín Ripoll, el Decálogo del Comité de Crisis de la Cuenca del Segura, que debe servir como base para un Pacto Estatal sobre Agua. El documento defiende el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura y el fomento de las plantas desalinizadoras.

Los populares alicantinos rectifican y apoyan sin fisuras la desalación de agua del mar, medida impulsada por el gobierno socialista de Madrid y que fue duramente criticada la pasada legislatura por los dirigentes del PP en la Comunidad Valenciana. El Consell boicoteó por todos los medios la planta desaladora que el Gobierno construye en Torrevieja.

Sin embargo, ahora, en el decálogo aprobado ayer por el Pleno de la Diputación de Alicante, el PP admite que "la desalación constituye una tecnología de gran importancia para la obtención de nuevos recursos hídricos", y reconoce que las Administraciones Públicas están "obligadas a conseguir que la desalación sea una alternativa económicamente viable para la actividad agraria".

El portavoz socialista, Antonio Amorós, aplaudió que "se abra una puerta a la esperanza para acabar con el escenario de guerra política que ha sido un lastre para buscar soluciones". Según los socialistas, los puntos básicos del acuerdo son "la validez de la desalación para asegurar el abastecimiento urbano y la defensa del trasvase Tajo-Segura". El presidente provincial, José Joaquín Ripoll, calificó de "hito histórico" que socialistas y populares se pongan de acuerdo en una cuestión como el agua. La moción aprobada ayer "abre la puerta, no sólo a un futuro pacto del agua sino a una esperanza de mayor consenso".

Por otro lado, el frente común que se creó para exigir el cambio de trazado del trasvase Júcar-Vinalopó ha quedado en punto muerto. Los motivos por los que se ha llegado a esta situación, según publicó ayer el diario Información, son la falta de colaboración de la patronal (Coepa, Cámara de Comercio y Cepyme), la división entre los regantes y el poco interés de una parte del PP.