Losantos, condenado
Que el director de La Mañana, programa de la Cope, sea condenado por un tribunal, no es para nadie una novedad, y mucho menos para él o para los obispos que le pagan, consienten y alientan.
Siendo, que lo es, una indignidad para un profesional el que lo condenen por insultos e intromisión ilegítima en el derecho al honor de otros profesionales, alcaldes, etcétera, lo peor de este caso ya repetido, y que no será el último contra él, es que todavía haya personas afines a su conducta y métodos, que lo apoyen, aplaudan y piensen que se está cometiendo una injusticia tan sólo por haber hecho uso "de su libertad de expresión". También es muy lamentable y provoca vergüenza ajena el que tanto el condenado como sus acólitos confundan el verbo discrepar con el de insultar, mostrando sus limitaciones como profesional al no saber defender sus posiciones políticas e ideológicas si no es menospreciando e insultando a los que no opinan como él.
El que por hacer uso de su libertad de insulto lo condenen a indemnizar con 100.000 euros al ex director de Abc considere el "condenado Losantos" que es "un disparate judicial", forma parte de sus valoraciones ante todas las sentencias condenatorias que va recogiendo; lo que es inmoral e inaceptable es que por ese trabajo suyo tan peculiar e irreverente con la dignidad de los ofendidos, los obispos lo premien con un contrato suculento, cuando sus dardos envenenados del peor curare periodístico van también en contra del catecismo que los dueños de la Cope dicen defender.
Sus opiniones sobre el Estado de derecho ya las conocemos, ahora sólo falta esperar cuál será la próxima comparecencia judicial del "condenado Losantos".
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