La población recibe con alivio el final de un largo periodo de incertidumbre
El primer ministro promete respetar los principios del Estado laico
"Este veredicto ha acabado con la incertidumbre en Turquía, nosotros nunca hemos sido un foco de actividades antilaicas", proclamó anoche el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ante centenares de sus partidarios reunidos en la sede del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en Ankara. Erdogan reconoció, sin embargo, que su país había perdido "mucho tiempo y energía".
"Erdogan ha salido muy debilitado de la crisis", opina una analista política
La Bolsa de Estambul, que había perdido la mitad de su valor en los cuatro últimos meses de disputas políticas, comenzó a recuperarse esta semana, cuando los jueces del Tribunal Constitucional iniciaron las deliberaciones sobre la demanda de ilegalización del AKP. El mercado de valores de la capital económica turca cerró ayer un alza del 6%. Hace apenas dos meses, el propio Erdogan lamentaba el alto coste de la incertidumbre. "En Turquía se ha recortado a la mitad la entrada de inversiones internacionales, hemos perdido 12.000 millones de dólares [7.700 millones de euros]", se lamentaba el líder del partido más votado en los últimos comicios.
Con el 47% de los sufragios, barrió a sus rivales laicos. Había conseguido duplicar la renta per cápita de los turcos en apenas cuatro años, hasta superar los 10.000 dólares anuales.
Tras la "seria advertencia" del Constitucional, Erdogan se comprometió ayer a defender "los principios y valores de la República", cuyo pilar básico es el Estado laico. El primer ministro no ha dejado de hacer en los últimos días llamamientos a la unidad entre los turcos para cerrar la crisis. Pero, en el fondo, muchos analistas turcos consideraban anoche que Erdogan había escapado por poco a una nueva expulsión del campo de juego político, como la que se produjo tras su renuncia a la alcaldía de Estambul en 1998.
Para Yasemin Congar, redactora jefa del diario Taraf, que ha destacado en la investigación de la trama golpista Ergenekon, que pretendía derribar al Gobierno del AKP, el fallo del Constitucional no representa el fin de la inestabilidad política. "Erdogan ha salido muy debilitado de la actual crisis, y es dudoso que reciba en el futuro el mismo apoyo que obtuvo en las últimas elecciones", precisa Congar. "Su única alternativa es avanzar en la democracia y redactar una nueva Constitución civil que acabe con los privilegios del Ejército", advierte.
Las amenazas contra la estabilidad de Turquía llegaron a su punto más inquietante tras los sangrientos atentados de Estambul de la noche del domingo. La prensa turca revelaba ayer que el primer ministro Erdogan y el presidente, Abdulá Gül, se habían reunido en secreto en Ankara esa noche. Ambos, que habían llegado conduciendo sus coches particulares, permanecieron durante cinco horas en la casa de un diputado del AKP "analizando la situación del país" y las posibles salidas ante un veredicto de ilegalización.
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