Tecnología punta al servicio de Bach y Mozart

La imagen es curiosa y, de momento, inusual. Mientras Paavo Järvi dirige con pulso seguro la Segunda Sinfonía de Rachmaninoff, un grupo de discretas cámaras robóticas no pierden uno solo de sus gestos. Hasta seis de dichos artilugios captan un concierto que será retransmitido gracias a Internet (y en tiempo real) a miles de aficionados que no pueden acercarse hasta la lujosa estación de esquí suiza de Verbier.

Es una novedosa apuesta de la productora de televisión francesa Medici TV, que ofrece a los internautas la posibilidad de seguir, gratis y en alta definición, la casi totalidad de conciertos que se celebran en la Sala Médran, epicentro de esta cita musical. Por ella pasan cada año los grandes nombres del panorama clásico actual: desde la legendaria pianista argentina Martha Argerich hasta su colega austriaco Alfred Brendel, pasando por el fenómeno chino Lang Lang, el cellista Mischa Maisky o Valéri Gergiev.

Pero la iniciativa no se limita sólo al elitista festival suizo, sino que aspira a convertirse en "una revolución" que cruce fronteras, en un intento de popularizar la más exclusiva de las músicas. "Acabamos de difundir en Internet el Festival de Aspen, en Estados Unidos, y los conciertos del 60 aniversario del Festival de Aix-en-Provence, con la Filarmónica de Berlín y Simon Rattle", explicó entusiasta a este diario Hervé Boissière, productor de Medici TV. Esta productora francesa está asociada con Idéal Audiences en París y Euro Arts, de Berlín. Junto con las cadenas de televisión NHK de Japón, la TSR suiza y la cadena franco-alemana ARTE, hacen llegar estos conciertos a audiencias inimaginables hasta hoy.

"Nuestra página web recibe una media de 25.000 visitantes", explica Boissière, quien añade que estas transmisiones son posibles gracias a un presupuesto de 1,5 millones de euros. Boissière afirma que el objetivo es "popularizar la música clásica". Sin duda, un proyecto muy loable contra el que se han estrellado ya docenas de promotores musicales.

Los conciertos del Festival de Verbier, que cierra sus puertas el 3 de agosto, pueden ser vistos hasta el 30 de septiembre gratis en www.medici.tv, aunque la idea, llegado el momento, es que los espectadores paguen para ver espectáculos. "Queremos que la gente pueda conectarse desde casa a la Scala de Milán o al MET de Nueva York, previo pago de un abono, cuyo precio se está estudiando", afirma Boissière.

Los artistas que llegan a Verbier atraidos por un ambiente sereno, sin demasiadas exigencias mediáticas ni fans histéricos, parecen bastante ajenos a estas complejidades tecnológicas. Verbier es una pequeña ciudad a la que los músicos pueden traer familia y amigos para tocar música de cámara, entre otras cosas. Un lujo al que estos divos no tienen acceso tan a menudo como quisieran.

Pero dentro del panorama casi idílico, cabe recordar que la antaño todopoderosa banca UBS, histórico sostén financiero del festival suizo, ha dejado de apoyar a su joven orquesta. A pesar de la era de Internet 2.0 corren malos tiempos para la lírica. Tiempos que invitan a la creatividad y al uso de nuevas herramientas para difundir la obra de Bach o Mozart.