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Karadzic, en el bar de los locos

El criminal de guerra tocaba música serbia en un local de ultranacionalistas

Bajo su nueva identidad como Dragan Dabic, Radovan Karadzic, el criminal de la guerra de Bosnia (1992-1995), frecuentaba un pequeño bar de Belgrado llamado Casa Loca, cuya clientela está integrada por ex militares y policías ultranacionalistas. Allí, rodeado de gente que idolatraba al Karadzic fanático y asesino, se sentaba frente a un gran retrato suyo de la época y tocaba el gusla, una especie de laúd de una sola cuerda muy vinculado a la tradición serbia.

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