Diccionario abreviadísimo del teatro reciente
Albéniz, teatro.- ¡Más alto! ¡No se oye!
Alternativas, salas.- "Hace tiempo que vengo al taller / y no sé a qué vengo / esto es muy alarmante / esto no lo comprendo". Variante: "Somos las devotas de la Fuensantica / que a la fuente vamos con devota fe".
Animalario.- Cuando se ponen las pilas son capaces de sátiras tan brillantes como Alejandro y Ana o fiestas teatrales del calibre de Hamelin y Marat-Sade. Cuando se toman por la conciencia progre de Occidente, les salen panfletos tan irritantes como Argelino, servidor de dos amos.
Autor.- Se busca. Preferiblemente muerto, para deconstruirle mejor.
Belbel, Sergi.- Excelente director, sobrevalorado autor. Su cota más alta (de riesgo, de imaginación, de fiereza) sigue siendo Soy fea (Soc lletja), uno de los musicales más salvajes de la historia. Su tarea al frente del Nacional de Cataluña (programación y fidelización) es impecable.
Lluïsa Cunillé es la mejor escritora dramática de su generación. Ha enlazado dos obras mayores consecutivas
Alex Rigola ha reconvertido el Lliure en centro de producción y escaparate internacional y ha multiplicado su público
Benet i Jornet, Josep Maria.- Maestro inoxidable: más de cuarenta años escribiendo, estrenando, resistiendo. Temas recurrentes: el peso del dolor, las herencias espirituales, la búsqueda de la redención. Funciones que aún no se han dado en castellano y deberían: Fugaç, El gos del tinent, Salamandra. Pronto en Madrid su última entrega, Soterrani, que desbordó, noche tras noche, la barcelonesa sala Beckett.
Bernat, Roger.- "Hola, amiguitos. ¿Os acordáis de mí? Soy Peter Pan y quiero seguir jugando con vosotros. ¡Volved! ¡No os vayáis!".
Bieito, Calixto.- Me dicen que en su próximo montaje no habrá enanos, felaciones, incontinencia basuril ni despelotes exigidos por el guión. Y que la única desnudez será textual y escenográfica. Y yo me lo vuelvo a creer. (Zambra de mi esperanza: Plataforma, a un paso del auto sacramental).
Comedia, Teatro de la.- Tomado por los chinches (o eso dicen) desde hace demasiados años. Una vergüenza institucional.
CNTC.- Eduardo Vasco ha hecho realidad el sueño de Marsillach: dos elencos fijos (estrenos y repertorio) y una compañía joven, formada en los talleres del Pavón. Grandes éxitos recientes: Sainetes y El curioso impertinente, bajo las batutas de Ernesto Caballero y Natalia Menéndez.
Crítico.- Nunca objetivo. Frustrado, resentido, presumiblemente alcohólico (se admiten más clichés). Imprescindible.
Cubana, La.- Han cantado (y, sobre todo, contado) como nadie la trastienda de las variedades y el bel canto en las inmarcesibles Cómeme el coco, negro y Una noche en la ópera. La mentira dentro de la mentira, es decir, la segunda capa de verdad. Un prodigio de observación, de lenguaje, de dibujo de tipos, sin caer jamás en la zafiedad, la sensiblería, el tópico.
Cunillé, Llüisa.- La mejor escritora dramática de su generación. Tras la inyección de absenta de Barcelona mapa de sombras llegó el viaje al infierno africano (transustanciación incluida) de Après moi, le déluge: dos obras mayores consecutivas. Pendientes de estreno en castellano, que yo sepa, otras cuatro perlas: La venta, Pasaje Gutenberg, El gato negro y Occisión. Incomprensiblemente, aún no tiene el Nacional de Teatro.
Daulte, Javier.- Su forma de reinventar los géneros (thriller, melodrama, comedia familiar) y su trabajo con los actores han creado escuela. Joyas recientes: La felicidad, Como puede ser que te ame tanto, Nunca estuviste tan adorable. Se especula si procede de Buenos Aires o de Ganímedes.
Director.- Hay dos modalidades: los que dirigen (los menos) y los que desafían a Jehová autotitulándose "creadores" (los más).
Emergente.- Aquello de lo que se habla (generalmente, de oídas) durante dos meses. También hay emergentes profesionales que viven de eso hasta la irrupción de la siguiente ola. O sea, cada cinco o seis meses.
Espert, Núria.- La superwoman del teatro español. Nunca está donde la esperas y se reinventa, riéndose de la luna, a cada nuevo espectáculo. La poltrona no es para ella: aún mantiene viva la llama de cómica de la legua.
Espinosa, Albert.- Actor, dramaturgo, guionista, director y reciente cineasta, lleva 10 años haciendo teatro, a razón de casi una comedia por año (la más reciente, Idaho y Utah). Una combinación atípica de desarmante sinceridad y malicia zumbona. Peligro: convertirse en un angelito profesional si no equilibra adecuadamente la mezcla.
Fernández, José Ramón.- Nina fue un éxito de público y crítica, y el lanzamiento "nacional" de Laia Marull. Pero ni su autor ha vuelto a estrenar ni la Marull ha vuelto a la escena. ¿Qué pasa aquí, señores?
Flotats, José María.- El gran mattatore de la escena española: excesivo, arriesgado y siempre artista. Colocó a Jouvet en el centro de su altar privado, pero, conforme pasan los años, es posible que su santo secreto acabe siendo Sacha Guitry, el desbordante Guitry de Le comedien.
Fura dels Baus, La.- Animación de bodas, banquetes, comuniones y bautizos. Precios concertados, en el ámbito europeo. Sin prisa. Con Visa.
Futuro.- Siempre por delante, casi nunca alrededor.
Galceran, Jordi.- Merecidamente elevado al trono de Rey de la Comedia Negra por la sulfúrica El método Gronholm, ha revalidado sus laureles con Carnaval, un thriller de cuenta atrás y asesinato anunciado. Tiene en cartera el estreno de Cancún, juego de masacre para dos matrimonios cincuentones. Entretanto, se ha instalado en Nueva York, a ver qué cae.
García, Rodrigo.- Vigorosísimo escritor, como certifican los monólogos de Borges y Goya, atascado en la reiteración, para uso de grandes festivales, del modelo Estacazo al Sistema con Desparrame General.
Gas, Mario.- Tiene lo que muy pocos directores: sabe convertir a su gente en una instantánea familia teatral. Tras las dianas de Homebody Kabul y Mahagonny se dice que prepara el ansiado retorno de Sweeney Todd. ¿Y de su gran Guys and Dolls, una de las más creativas relecturas del género?
Hipólito, Carlos.- Rarísima avis: criatura ariélica capaz de ser feroz Calibán en la escena siguiente. Especializado en cargar funciones sobre sus hombros con el aire de estar tomándose unas tortitas al sirope.
Liddell, Angélica.- "Vivir así / es morir de amor / por amor tengo el alma herida / melancolíiiiia..." (se repite y se repite, con acompañamiento de motosierra, hormigonera, disparos al aire y escupitajos al público).
Lizarán, Anna.- Templa y manda a la que pisa escena. Opulenta en todos los sentidos. Capaz de salvar una función (El círculo de tiza) por su sola presencia. Lástima grande que Matrimonio de Boston no girase.
López, Carol.- Valor en alza. Hermanas, su nueva comedia, ha sido uno de los exitazos de la temporada barcelonesa y ya está recorriendo España. Si sus anteriores entregas (Versión original subtitulada, Last Chance) remitían a modelos cinematográficos (Allen, Rohmer centrifugado, Tarantino), Hermanas está más cerca de Ayckbourn y de Agnès Jaoui.
Mayorga, Juan.- Bazas: un incombustible amor al teatro, una trayectoria superlativa, una constante búsqueda formal. Cotas: Cartas de amor a Stalin, Camino del cielo, Animales nocturnos, Hamelin. Tropezón reciente: la tediosa y apocada La paz perpetua, lastrada por kilos de palabrería.
Montero y Maidagán.- Sobrinos/nietos (morganáticos) de Tono y Mihura. Renovadores de la comedia televisiva española (Camera Café), se dieron a conocer en el Arlequín con la esplendorosa Dos hombres sin destino, la historia de "dos tipos sentados en un sofá cuya vida da un giro de 360 grados. Vamos, que se quedan igual". Se anhela su nueva entrega, un monólogo para el lucimiento teatral de la gran Esperanza Pedreño.
Muñoz, Gloria.- Lady Muñoz desde su culminación, la pasada temporada, como la estremecedora y lorquiana Mahala de Homebody/Kabul.
Oligor, Hermanos.- Pee Wee Herman, niño eterno, perverso polimorfo, inventor delirante, vive en Valencia y es dos. O tres: los Hermanos Oligor más el Primo Oligor. Reinventaron todos los juguetes que no tuvieron y así brotó Las tribulaciones de Virginia, uno de los espectáculos más bellos de nuestro teatro reciente. ¿Para cuándo El retorno de Virginia?
Pasqual, Lluís.- Se le sigue esperando. Señales de un inminente resurgir: la logradísima Familia del anticuario en el penúltimo Grec.
Pavlovsky, Ángel.- Duende judío sin edad y actor de infinitos recursos, Gregorio Ángel Povolotzky Finkel muta a menudo en La Pavlovsky, rápida y fatal como el rayo que no cesa. Cuando oficia, el mundo se convierte en una instantánea República de Weimar.
Periferia.- Espacio donde solemos ubicar cualquier manifestación teatral realizada diez kilómetros más allá de nuestros límites geográficos.
Portillo, Blanca.- "La" Portillo alcanzó la gloria escénica absoluta con el triple salto mortal de La hija del aire. No debería tomarse tan al pie de la letra el peligroso refrán "A buen hambre no hay Pandur".
Pou, José María.- Gigante pluritentacular. Actor(azo), director, traductor, productor. Y, a partir de otoño, director artístico del Goya, en Barcelona.
Productor.- No vende entretenimiento, como sus padres o abuelos, sino Cultura con mayúsculas. Se le reconoce porque siempre proclama que podría ganar muchísimo más dinero con otra cosa, pero se sacrifica.
Quejas.- Nuestro deporte nacional. Especialidades teatrales: la eterna falta de presupuesto ("si yo tuviera los millones que le dan a ese/a"), la eterna falta de oportunidades ("claro, como yo no estoy en ningún grupito"), la eterna falta de ensayos ("si hubiéramos tenido una semana más"), la eterna falta de eco ("nuestro trabajo es demasiado vanguardista"), la eterna falta de críticas favorables ("nunca le he caído simpático/a").
Reflexión.- Peligrosísimo comodín: puedes colar matute a poco que ahueques la voz y proclames que tu ceñudo latazo es una "reflexión". El público bostezará hasta la dislocación mandibular, pero saldrá convencido de haber visto algo muy importante. Dan ganas de decirles: "Por favor, limítense a narrar, que la reflexión, si se tercia, ya la haremos nosotros".
Rigola, Alex.- Ha reconvertido el Lliure en un centro de producción y un escaparate internacional, ha encargado nuevos textos, ha multiplicado su público y ha hecho giras de sus espectáculos como nunca en la historia de este teatro. La ambiciosísima 2666 es la cima de su carrera como director.
Rubianes, Pepe.- Ponte bien, Pepiño. Te necesitamos.
Sanchis Sinisterra, José.- Autor, por encima de todo, de Ay, Carmela y Ñaque, de lo más rotundo que se ha escrito sobre las grandezas y miserias de nuestros cómicos. Y de la no menos estupenda El lector por horas.
Santos, Carles.- El Super Pumby del planeta Asdrúbila. Su vasta y turulata obra se divide en: Paellas con Anis (estrellado), Liebres a la Royale, Circos Bajo la Arena, y Opelatas (de ópalo y lata).
Sanzol, Alfredo.- Revelación de la temporada con Sí, pero no lo soy en la sala pequeña del María Guerrero, y de gira ya por todos lados. Los habitantes de una disco de los sesenta cuentan sus historias bajo el globo giratorio y centelleante. No aparece un autor (y director) de comedia como el navarrísimo Alfredo Sanzol todos los días. Ni todos los años.
Sardá, Rosa María.- Otro monstruo de verdad escénica que prefiere el cine al teatro. O que se malgasta en fuegos de artificio: Dramolettes, de Bernhard, en el Romea, una función indigna de su descomunal talento.
Temporada Alta (Gerona).- El mejor festival de España. Por organización, por iniciativa, por programación, por olfato teatral.
Valle-Inclán, teatro.- Muy bonito edificio. Malas lenguas afirman que no se puede hacer teatro simultáneamente en sus dos salas, so pena de que el público crea estar asistiendo a un programa doble de psicofonías.
Vera, Gerardo.- Un triunfo por temporada: Divinas palabras, Un enemigo del pueblo, El rey Lear. ¿Para cuándo una compañía estable?
Yagüe, Javier.- El director de Cuarta Pared ha cosechado, en compañía de Luis García Araus, su mejor logro desde Las manos: Rebeldías posibles, una comedia crítica que hubiera firmado Darío Fo, lleva dos años en cartel.
Zaranda, La.- Cuatro muertos vivísimos (Calonge, Campuzano, Sánchez y Busto) y pataleantes, como en la rumba de Peret, que se resisten a ser enterrados por la recontramodernidad. Teatro espiritual de "los que aún sienten nostalgia del paraíso frente a la desdentada risa del tiempo". Lo más grande que ha parido Andalucía la Baja después de Beni de Cádiz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.