Hollywood o la vanguardia nórdica

El actor Lon Chaney, en grandes letras, encabeza el cartel de Fantomen på stora operan; el rostro casi naif de Gary Cooper centra el póster de Mannen Bakom Kolven; la figura inconfundible de Chaplin impacta en el diseño de Stadens ljus; Blasco Ibáñez aparece en letras diminutas, comparadas con las de Rodolph Valentino, en Blod och sand. El Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (Muvim) expone desde ayer dos centenares de pósters de películas bajo el título El cartel de cine en Suecia y Dinamarca 1915-1942, muestra que refleja el prisma modernista con el que enfocaban los nórdicos las películas de entreguerras, en su mayoría importadas de Hollywood. Y junto a El fantasma de la ópera, El último forajido, Luces de ciudad o Sangre y arena, que así se titularon en España esos filmes, decenas de películas enmarcadas enseñan que los carteles suecos y daneses "no se parecen en nada a los que se hacían en otras partes del mundo", según explicó ayer Carlos Pérez, comisario de la exposición.

La muestra se basa en la colección particular de Benito Medela-Piquepé. Y en ella Chaplin sirve casi de hilo conductor de la evolución gráfica del cartel nórdico, desde el de Charlot marinero de 1915, previo al "estilo moderno, aunque no abstracto" que arrancó en aquellas fechas, hasta el colosal Diktatoren, traducido como El gran dictador (1942), "donde la crisis de la vanguardia se nota más". Según Pérez, "un periódico, un cartel o un papel impreso informan más de la cultura de la época que un cuadro o una obra de arte".

Salvador Enguix, responsable de Cultura de la Diputación de Valencia, también presentó ayer otra exposición en el Muvim, en este caso Erika Barahona, fotografías, con 44 imágenes de la artista vasca.En ella, la fotógrafa desgrana sus retratos en blanco y negro de artistas que "miran a la cámara, no sonríen", y así expresan sus vivencias sin decorados ni luces artificiales. Wim Wenders, Sidney Pollack, Jean Nouvel, Richard Serra, Eduardo Chillida, Eva Davidova, Frank Gehry, Miquel Barceló... Salvo excepciones, se trata de artistas mayores. "No he tenido suerte con la gente joven", se excusa Barahona.