Petronor prevé disponer de la planta de coque a finales de 2010
Petronor espera disponer en "pocas semanas" de la autorización del Gobierno a su proyecto de la planta de coque, una inversión de 750 millones de euros dentro de la actual refinería por la que porfía desde hace más de tres años. El nuevo presidente de la compañía, Josu Jon Imaz, dijo ayer que la instalación estaría operativa a finales de 2010.
El proyecto tiene un importante rechazo social: se ha creado una plataforma vecinal y el alcalde de Muskiz, Gonzalo Riancho (EA), aboga porque no se construya dentro de las instalaciones que tiene la refinería en el municipio. Imaz se refirió ayer a este debate y enfatizó que el proyecto cumple "con creces" todas las limitaciones legales más exigentes. "Lo único que hace falta es información, información e información", apuntó como vía para solucionar la polémica, aunque Petronor no piensa en llevar a cabo ninguna campaña especial de divulgación ni sensibilización, dijo un portavoz oficial.
El presidente de la empresa lanzó varios mensajes para demostrar la necesidad urgente de la planta. Primero aseguró que Petronor es el primer contribuyente a las haciendas en Euskadi -en abril, en plena polémica sobre la refinería por la falta de permisos de funcionamiento, divulgó que aportaba 490 millones de euros anuales al fisco-, que la instalación reducirá al mínimo la generación de fuel y las emisiones de óxido de azufre, y finalmente aseguró que los trabajadores de Petronor -"los que más directamente van a vivir las consecuencias de la planta"- apoyan su puesta en marcha.
Imaz garantizó que están en disposición de empezar las obras en cuanto reciban los permisos del Gobierno y del Ayuntamiento. El Departamento de Medio Ambiente debe conceder la llamada Autorización Ambiental Integrada, el nuevo requisito para las empresas más contaminantes que centraliza las autorizaciones, y el consistorio de Muskiz, la licencia de actividad. Agregó que cada día que transcurre es "una oportunidad perdida" de una inversión que calificó "las más importante de la historia de la industria vasca".
La planta de coque persigue eliminar uno de los grandes problemas de la refinería, los residuos de fuel, que ahora debe enviarlos preferentemente al norte de África. Con esta instalación, se reciclan para producir coque, un producto demandado por las cementeras para alimentar sus hornos. En abril, Petronor organizó una visita a una planta similar en Hungría, que convenció al comité de empresa pero no al alcalde de Muskiz.
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