Valor de hablar, valor de escuchar
Winston Churchill decía que "se necesita valor para levantarse y hablar, pero aún se necesita más para sentarse y escuchar". Me parece que en el congreso del PSC del pasado fin de semana hay un par de cosas que destacar porque, de acuerdo con la cita churchilliana, mostraron el valor de hablar y el valor de escuchar.
El valor de hablar lo tuvo el presidente Montilla en su discurso de clausura, que no dudo en calificar de determinante. A veces me he quejado (y seguiré haciéndolo) de la tendencia a un exceso de concentración y privatización del poder en las cúpulas y liderazgos de los partidos; e insisto en la necesidad vital de abrir al límite de lo posible los procesos de deliberación y participación, si queremos mantener vivos los partidos y la propia democracia... Dicho lo cual, noblesse oblige: las firmísimas y contenidas posiciones expresadas por Montilla representan un hecho nuevo, que en el PSC de otras épocas, de dirección más multicéfala, simplemente no habría sido posible. La fuerza compacta surgida del congreso del PSC es un fenómeno que se expresa con un carácter de afirmación de las aspiraciones y esperanzas del conjunto de la sociedad catalana: representa, en este sentido, una fuerza imparable. Por este motivo creo que el discurso del presidente Montilla representa un hito de muy considerable importancia no sólo en la historia del PSC, sino en la propia trayectoria del país.
El valor de escuchar lo mostraron los delegados y delegadas del congreso. Y no me refiero al hecho de que tuvimos que escucharnos los unos a los otros durante muchas horas (cosa habitual y que no reviste ningún valor en especial). Hablo de la resolución aprobada en el congreso relativa al impulso de una "conferencia abierta", que tiene un gran interés como novedad, como anticipación de nuevas formas de deliberación y conexión entre política y sociedad civil, y que representa un acto de coraje. La aprobación de este acuerdo significa que un partido que gana elecciones y administra extensas cuotas de poder, se compromete "a sentarse y a escuchar" a todos aquellos sectores y personas dispuestos a hablar con los socialistas catalanes. "Hay muchos ciudadanos y ciudadanas", se lee en la resolución, "dispuestos a dar tiempo, conocimientos y esfuerzo a una causa política colectiva. Piden, a cambio, implicación, disponibilidad, coherencia y responsabilidad". Piden que se les escuche. Con su resolución congresual, el PSC se dispone y se expone, sin autocomplacencia ni ensimismamiento, a un debate abierto con todos aquellos sectores y personas de la sociedad catalana dispuestos a participar: se dispone a dialogar y sobre todo a escuchar, sean cuales sean las cosas que se le digan.
Esta "conferencia abierta" será la ocasión de una gran consulta a la sociedad, a través de una deliberación compartida entre los socialistas y un amplio conjunto de exponentes de la vida social, cultural, económica y política de Cataluña. Será un intento de respuesta operativa del PSC al reto de construir e impulsar nuevas formas de relación entre sociedad y política; una manifestación de la voluntad de abrirse al debate permanente con la sociedad, ofreciendo un espacio compartido de reflexión, diálogo y participación.
La "conferencia" se propone los siguientes objetivos: avanzar en el proyecto y la acción del catalanismo del siglo XX, del que creemos que el PSC es un eje central (sin patrimonialismo de Casa gran, sino con disponibilidad de Causa común); dar nuevo impulso a las ideas y a la acción del socialismo y de los sectores de progreso, en función de los cambios de nuestra sociedad y de los retos de futuro; reforzar una mayoría social y política de progreso en Cataluña, ampliando los apoyos a la mayoría de Entesa en la Generalitat.
Tres ámbitos de cuestiones estarán previsiblemente en el programa de la "conferencia": la visión estratégica de la Cataluña de los próximos años (autogobierno, unidad civil, cohesión social, desarrollo económico, equilibrio territorial, sostenibilidad); la relación entre sociedad y política (deliberación abierta y participativa, activismo en red y en la red, relación entre movimientos sociales y partidos); y las nuevas perspectivas federadoras (de unión en libertad) en Cataluña, España y Europa.
La génesis y el desarrollo de los procesos ciudadanos, de los consensos activos y de los proyectos compartidos permiten que surjan nuevas posibilidades, nuevas esperanzas y fuerzas para realizar los proyectos que mejoran la sociedad. Los avances sólo son posibles cuando hay procesos ciudadanos y movimientos de la opinión pública que los impulsan. Se trata de imaginar y construir, con todos los hombres y mujeres que quieran hacerlo, las ideas y la acción que hagan realidad la mejor Cataluña posible del siglo XXI. Es una aventura que comienza.
Raimon Obiols es eurodiputado del PSC.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.