El primer barco de la reconversión
El buque de aprovisionamiento de combate (BAC) Cantabria fue botado ayer en los astilleros de Puerto Real (Cádiz). Se trata del primer contrato militar culminado por esta factoría naval tras la última reconversión, iniciada hace cuatro años. Los empleados aprovecharon la cita para reivindicar la incorporación de jóvenes a la plantilla y la negociación de más carga civil que la obtenida hasta ahora.
El Cantabria tiene 174 metros de eslora, 23 de manga y un peso cercano a las 1.000 toneladas. Será el barco más moderno de la Marina española y su función será la proporcionar apoyo a la fuerza naval y expedicionaria. "Es un barco sin metralletas. Sólo llevará víveres y combustible", afirmó orgullosa la madrina de este bautizo, Aurora Díaz, la esposa del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.
El buque ha supuesto más de tres millones de horas de trabajo directas e indirectas para empleados de Navantia y empresas auxiliares. Ha garantizado empleo durante 42 meses.
El acto de botadura contó con la presencia de una representación sindical, que desplegó una pancarta reivindicando la negociación del plan industrial. "Queremos que las plantillas se completen con jóvenes y que la SEPI y Navantia se siente a negociar con nosotros. No hablamos de cifras porque ésas las aportaremos en la mesa", explicó el presidente del comité de Puerto Real, Ramón Linares.
El consejero de Empleo, Antonio Fernández, se reunió con estos operarios y ensalzó la voluntad de diálogo de ambas partes. "Hay disposición de hablar", señaló a la salida del encuentro.
Los astilleros de Puerto Real tienen previsto entregar en octubre la primera de las patrulleras encargadas por el Gobierno de Venezuela. El Ayuntamiento de esta localidad, gobernado por IU, ha invitado al presidente venezolano, Hugo Chávez, y le solicita que tenga en cuenta a las factorías gaditanas.
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