L9, el metro interminable
El tramo norte podría funcionar en 2010, y los ramales sur entre 2012 y 2014
La plaza de las Havaneres está literalmente engullida por la línea 9 del metro desde hace años. De un tiempo a este parte, los viernes a mediodía el suelo tiembla. Vecinos y quienes se se encuentran en los comercios saben que no pueden salir. Tienen que esperar a que acaben de dinamitar abajo, muy abajo. Son los trabajos de uno de los pozos de la futura línea de metro. "Después comprueban con unas máquinas que no se hayan producido movimientos", explica Vicenta Romero, propietaria de la farmacia de la plaza.
Ése es uno de los puntos más críticos de la fase actual de obras de la línea, junto con el de Felip II, entre Meridiana y Juan de Garay, que está completamente despanzurrado. Pese a las molestias, el ruido ensordecedor y la gincana en que se ha convertido circular por el barrio, hay cierta resignación.
Las Havaneres y Felip II, los puntos más afectados por las obras
El tronco central del proyecto, 12 estaciones, no tiene fecha de finalización
"Hay que pensar en el beneficio colectivo de una línea de metro. Es verdad que provocan molestias, pero también es cierto que tenemos información y explicaciones de todo lo que se está haciendo", afirma Antonio Jeréz, presidente de la asociación de vecinos de Navas.
Ése es el punto de vista de la asociación, porque en los comercios no son tan comprensivos. "Llevamos muchos años. Primero con el intercambiador de la línea 1 y 5 del metro, que duró unos tres años. De julio de 2007 a enero de 2008 se recuperó la normalidad, y ahora ya ves...", explica la dueña del bar Ruaza, al lado de la gasolinera de Felip II. Ella, como otros comerciantes, se quejan del perjuicio económico que les ocasionan las obras. Por ahí, el tramo de acera que queda libre es de unos dos metros. Peor lo tienen los que viven al otro lado de la calle, en las casitas de las Viviendas del Congreso. Las vallas de las obras apenas dejan medio metro frenta a la puerta de sus casas: "Es que la pared del túnel llega justo hasta aquí", explica un hombre desde la verja de su casa.
Esa zona de la Sagrera y hasta la plaza de Maragall ha sido, además, uno de los puntos negros de la ejecución de la línea 9, por los cambios introducidos en el proyecto. Y la plaza de Maragall, junto con la de las Havaneres, ha sido abierta, cerrada y vuelta a abrir por esos avatares. "Se nota que pagamos todos porque una empresa privada no despilfarra tanto dinero", sostiene la farmacéutica.
Xavier Trias, presidente del grupo municipal de CiU, hace poco calificó la línea 9 del metro como la "Sagrada Familia", por cómo se eterniza. Los responsables del proyecto, el Departamento de Política Territorial de la Generalitat, reconocen que la que será la línea más larga de metro de Europa, con sus casi 49 kilómetros y 53 estaciones, está resultando muy compleja. Y muy cara: de los iniciales 2.500 millones de euros a 6.500 millones.
Arrancó en 2003 y el primer tramo por el norte, los dos ramales que salen de Santa Coloma y de Gorg (Badalona), que son 12 kilómetros de túnel, ya han llegado a la Sagrera. Entrarán en funcionamiento de forma paulatina desde finales de 2009 y durante 2010, según las previsiones de Política Territorial. Ahora se está trabajando en la colocación de la losa de separación de los dos sentidos del metro en ese tramo.
Justo al otro extremo de la línea, los dos ramales del sur -el que empieza en la nueva terminal del aeropuerto y el que nace en el Polígono Pratenc, junto a la zona de actividades logísticas de la Zona Franca- podrían entrar en servicio en dos fases. La primera, alrededor de 2012, desde ambos extremos hasta la estación de Provençana, en el término de L'Hospitalet. Y la segunda, desde ese punto hasta Campus Sud -la zona universitaria-, sobre 2014. Actualmente, de esos ramales hay ejecutados 7,4 kilómetros, cinco de ellos en forma de viaducto sobre la calle A de la Zona Franca.
Resumiendo: de una línea de 49 kilómetros, se ha ejecutado algo más de un tercio. El tramo central, desde el Campus Sud hasta la Sagrera -12 estaciones por la zona alta de Barcelona-, será licitado en dos partes desde este verano hasta final de año. Nadie de Política Territorial se atreve a poner fecha, entre otras cosas porque no descartan dificultades en la perforación del subsuelo de la parte alta de la ciudad.
La complejidad del proyecto es causa directa de que las obras tengan un impacto prolongado en la ciudad. Este mes de julio, por ejemplo, se restringe un carril de entrada de la Meridiana para la construcción de una salida de emergencia y el paseo de la Zona Franca quedará afectado en dos puntos por sendas estaciones. Lo mismo ocurre en la plaza de Sanllehy y en la de Maragall, en Felip II y, sobre todo, en la plaza de las Havaneres. Precisamente en ese punto está prevista para este mes una compleja operación que consiste en desmontar una tuneladora para que empiece a perforar por la Zona Franca.
"Queremos creer que aquí terminarán los trabajos dentro un de año aproximadamente", decía el presidente de la asociación de vecinos de Navas. Lo explicaba con un ruido infernal de fondo, el de la colocación de una inmensa grúa para empezar a desmontar la tuneladora.
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