'Hip hop' entre Pirineos y Dakar
El festival oscense Pirineos Sur presenta el 25 de julio en el Auditorio Natural de Lanuza Le regard de l'autre / La mirada del otro, un espectáculo de producción propia armado con músicos de hip hop africanos y españoles, fruto de la cooperación con su homólogo senegalés Banlieue Rythme.
Todo empezó en un centro cultural de Guédiawaye, con Manou Gallo y Juanjo Javierre como directores musicales del invento. Gallo, nacida en Costa de Marfil, aunque residente en Bélgica, es cantante, bajista y percusionista; militó en Zap Mama, el grupo vocal creado por la congoleña Marie Daulne, y ha desarrollado carrera en solitario con propuestas repletas de funk africano. El taller de creación musical que el año pasado dio en Banlieue Rythm ha sido el punto de partida de La mirada del otro. "La reunión de culturas diferentes enriquece el mundo. Si los artistas llevasen a cabo más a menudo iniciativas de este tipo, habría menos distancia entre los pueblos", afirma Manou.
El oscense Juanjo Javierre, cantante y pianista, creó en los años ochenta Los Mestizos, banda pionera en la conexión de rock y ritmos negros y latinos, y más tarde puso en marcha Soul Mondo y Nu Tempo. "Contrariamente a lo que pensaba, ha sido fácil la vida cotidiana, y difícil hacer música. Pero tiene sentido: hay diferencias idiomáticas, incluso en la terminología musical; maneras diferentes de ver las cosas Hacer hip hop con músicos y no sólo con un dj es complejo, y abrirlo a otras sonoridades también lo es. Era probable que no hubiera salido nada en 15 días, en los que tuvimos apagones continuos, pero somos gente de acción".
Gente de acción como los rimadores N'Dongo y Fada Freddy, de Daara J, uno de los grupos senegaleses de rap más internacionales; Dr. Loncho y DJ Grime, agitadores del hip hop hecho en Zaragoza, capital española del género; Hadjy, rapera de Guinea Conakry; Ceptik y Jah Karamba, MC's de Guédiawaye, y su colega Moustik, de la vecina localidad de Pikine, otro de los suburbios de Dakar; los músicos Omar el Barkaoui (Argelia-Bélgica), batería, y Djamil (Senegal), talking drum, y Ramón Día videasta oscense que ha documentado con imágenes el trabajo realizado, y preparado los visuales para los conciertos. "Esta experiencia es especialmente interesante para los chavales del barrio, que tienen la oportunidad de darse a conocer dentro y fuera de donde viven. Y es atractivo mezclar artistas conocidos con otros que no lo son. Además, el hip hop es un círculo cerrado, y trabajar con músicos de otros campos amplía la visión. Este encuentro me ha permitido tomar ideas para lo que queremos que sea Daara J: una banda con músicos", N'Dongo dixit.
Uno de los "chavales del barrio" de los que habla N'Dongo es Ceptik, miembro del grupo Still, y experto en realizar atractivos videoclips musicales con un presupuesto ínfimo. "Éste es un viaje sin visados, sin leyes, sin condiciones, sin restricciones. Es un intercambio en el que se aprende mucho y también se da mucho. Es muy simbólico hacer este encuentro aquí, y que haya empezado con una visita a Goré, un lugar simbólico. Se pueden reparar los errores del pasado, y el festival trata, en definitiva, de eso". En Goré, isla próxima a Dakar, está la Casa de los Esclavos, memoria viva de la ignominia esclavista. Por sus estancias, en las que aún resuenan las voces de angustia de quienes esperaban ser embarcados en los barcos negreros hacia el Nuevo Mundo, pasearon los participantes en La mirada del otro antes de ponerse a trabajar. La impresión fue poderosa, y ha quedado plasmada en una canción que es sin duda una de las más brillantes del repertorio armado para el concierto. En esa y en el resto de las piezas, en las que se conjugan varias lenguas (wolof, francés, español e inglés), el rap se enreda con vibraciones africanas que llegan hasta el afrobeat, el funk, el soul e incluso el rock.
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