El arte que inspiró a Yves Saint Laurent sale a subasta
El modista tenía obras de Picasso, Braque, Ingres y Warhol
París será, durante el mes de febrero de 2009, la ciudad que acogerá la subasta de la colección de arte reunida por el modista Yves Saint Laurent y su compañero y socio Pierre Bergé. Se trata de una impresionante selección de telas, esculturas, dibujos, esmaltes y objetos de todas las épocas y procedencias que, en algunos casos, sirvieron además de inspiración a la creatividad del diseñador.
Bergé y Saint Laurent se asociaron a principios de los años sesenta, cuando el segundo perdió su empleo en Dior a raíz de sus obligaciones militares. Bergé supo poner su fortuna y sus contactos al servicio de un creador muy joven, pero que ya había deslumbrado en la alta costura. Durante más de 30 años los trajes de Saint Laurent acompañaron o precedieron las conquistas de la mujer y del feminismo. De la mujer-objeto se pasó a la mujer-sujeto. Y las pinturas de Picasso, de Braque, de Ingres, de Andy Warhol iluminaron el trabajo del modista.
La subasta será organizada por dos casas especializadas, la célebre Christie's y la del propio Bergé, situada en los Campos Elíseos esquina a la avenida Montaigne, la gran calle de la moda. El volumen total de obras aún es desconocido, aunque a través del testimonio de los múltiples amigos de la pareja se sabe que en su casa había esculturas africanas, mobiliario japonés, pintura flamenca del XVII y obras estrictamente contemporáneas. Obviamente, tampoco se conoce la estimación aproximada del valor de los lotes, pero todas esas cuestiones deberán precisarse a lo largo del próximo septiembre, pues para entonces está prevista una conferencia de prensa de presentación de la subasta.
El mercado francés de arte, que hasta 1945 era el más importante del mundo, representa en la actualidad un modesto entre 6% y 9% de las transacciones, lejos de Nueva York o Londres y a la misma altura que la emergente China. Al margen del menor peso económico de Europa, París se ve también perjudicada por la existencia de alguna fiscalidad específica a favor de los sucesores o herederos de los artistas que, durante un periodo de años, cobran un porcentaje de cada transacción de las obras realizadas por aquéllos. Además, si dichas obras son declaradas dignas de pertenecer al "patrimonio nacional", no pueden salir del territorio francés. Son factores que limitan la internacionalización de las subastas parisienses.
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