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Touriño duda de las balanzas fiscales y apela a la solidaridad del Estado

El presidente advierte de que la Xunta no es un "hospital de empresas" - Feijóo exige que explique en el Parlamento "qué ocultó" de la crisis de Fadesa

Frente a las comunidades ricas encabezadas por el presidente de la Generalitat de Cataluña, el socialista José Montilla, que esgrimen el resultado de las balanzas fiscales para garantizarse un mejor tratamiento del Gobierno central en el nuevo modelo de financiación, el jefe del Ejecutivo gallego, Emilio Pérez Touriño, abrazó ayer la Constitución para recordar la obligación del Estado de redistribuir la renta y riqueza entre territorios.

El presidente de la Xunta empezó por desacreditar el instrumento "débil y con muchas limitaciones" que mide los recursos aportados y recibidos por las diferentes comunidades autónomas. "Siempre miré la información que suministran las balanzas fiscales con mucha prevención, cuando otros legítimamente las aplaudían, porque creo que son discutibles", señaló. Touriño admitió que los resultados publicados en los últimos días recogen "evidencias" como que "España es un país diverso con territorios en distinta situación de renta y riqueza, algo que saben los ciudadanos".

Y frente a los dirigentes que desde Madrid, Cataluña o Valencia propugnan un reparto distinto de la financiación, el presidente de la Xunta invocó "otra evidencia: la obligación constitucional de España y su Gobierno en un Estado redistributivo y solidario". Por eso Touriño remarcó que las balanzas fiscales "en ningún caso" pueden ser utilizadas en el reparto de los fondos del Estado a las autonomías. Como acostumbra a repetir desde que se abrió el debate entre territorios ricos y pobres, el jefe del Ejecutivo advirtió ayer de que "Galicia tiene necesidades de gasto significativas que deben ser recogidas mejor que en la actualidad". Su referencia alude a la dispersión y envejecimiento de la población gallega y a sus repercusiones sobre el coste en la prestación de servicios sanitarios y de educación.

En el debate terció también ayer el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, quien declaró que "ninguna comunidad perderá con la propuesta de financiación económica del Gobierno central". Solbes propuso una cesión en torno al 50% en el IRPF, el IVA y los Impuestos Especiales a las comunidades.

El resultado de las balanzas fiscales fue también utilizado por el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, quien acusó al PSOE de ser cómplice de esta solicitud de los partidos nacionalistas para utilizar una herramienta de medición que arroja "fuegos artificiales". El presidente del PP gallego, quien el martes, cuando se conoció la suspensión de pagos de la promotora Martinsa-Fadesa, se colocó a disposición del Gobierno para hacer frente a la crisis, exigió a Touriño que explique "lo que ocultó de la crisis de la inmobiliaria".

El propio presidente descartó ayer cualquier inyección de capital de su Ejecutivo en la sociedad que preside Fernando Martín ya que la Xunta "no es ni debe ser un hospital de empresas" ni debe "asumir en ningún caso los riesgos derivados de la actividad empresarial".

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Fiel al discurso y a la política económica anunciados por el Gobierno central en respuesta a la crisis de la promotora Martinsa-Fadesa, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, advirtió de que su ejecutivo no destinará "financiación pública" a la inmobiliaria ni a ninguna otra sociedad en apuros. "En ningún caso la Administración debe asumir los riesgos derivados de la actividad empresarial porque la Xunta no es ni debe ser un hospital de empresas", explicó Touriño.

Su discurso "tranquilizador" matizó la aportación de la inmobiliaria Martinsa-Fadesa al sector inmobiliario en Galicia, donde sólo construye el 3% de la vivienda nueva y dispone de un porcentaje similar de suelo. Touriño relativizó también las consecuencias del expediente de regulación de empleo para la comunidad, al subrayar que son 60 los puestos de trabajo que se pierden.

Pese a haber negado aportaciones de la Xunta a sociedades concretas, Touriño sí admitió que el Gobierno gallego está "atento, vigilante y preocupado" por la situación que vive el sector del ladrillo, pero subrayó que el modelo del sector inmobiliario gallego es diferente al de otras comunidades que optaron por edificar "megaurbanizaciones". Para "aliviar" la caída de la construcción, destacó el compromiso de su Ejecutivo de sacar al mercado 1.250.000 metros cuadrados de suelo residencial para levantar 4.460 viviendas de promoción pública, de las que 3.322 están en fase avanzada.

Críticas de Quintana

A la situación económica también aludió anoche el vicepresidente de la Xunta y portavoz nacional del Bloque, Anxo Quintana, quien ofreció toda su "capacidad de liderazgo para construir alianzas" entre el Gobierno gallego y los agentes sociales con el objetivo de hacer frente a la "grave crisis económica". En un acto de partido en Noia, el dirigente nacionalista acusó a Zapatero de "estar cada día más solo, de tener menos talante y de vivir en una ensoñación que le hace pensar que los problemas se solucionan solos". Ese contexto sirvió al líder del BNG para reiterar la "oferta" de su partido de "dotar de estabilidad parlamentaria al Gobierno del Estado". Quintana echó sus propias cuentas sobre lo que recibe Galicia del Estado (7.000 millones de euros) y lo que le aporta (11.000 millones, según el Bloque), para reivindicar mayor autogobierno y disponer de herramientas para hacer frente a la crisis.

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