La CNMV busca si hay delito en el acoso al Popular
Decir que existe un grupo de inversores dispuestos a comprar el 20% del quinto banco (el Popular) es algo muy serio, sobre todo porque exige desembolsar unos 4.000 millones. Si además se afirma que se va a pagar un 40% más del precio de cotización, todavía suena más extraño. Y si el que inicia el rumor ha comprado acciones a crédito, que están bajando... blanco y en botella.
La CNMV informó ayer de que estudia posibles responsabilidades administrativas o penales tras considerar que detrás de Blueprime (que es la que dijo tener acuerdos para adquirir el 20% del Popular) no hay un grupo de inversores interesados en adquirir esta participación.
La Comisión cree que carecían de "la financiación y el asesoramiento necesarios para esta operación". También apunta que actúa después de que varios medios de comunicación publicaran informaciones sobre Blueprime (con sede en Gibraltar) en las que dieron credibilidad a las intenciones de los inversores fantasma. La CNMV aceptó, como hecho relevante, un folio sin membrete ni firma, que afirmaba ese intento de compra. El culebrón comenzó con unas declaraciones del constructor murciano Trinitario Casanova, que compró a crédito el 3,5% del Popular. El final de la historia ha sido que Casanova ha vendido su empresa al Grupo 2002, de José Ramón Carabante.