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Herencias de hasta 125.000 euros no tributarán desde septiembre

En el último pleno del período de sesiones, los votos de socialistas y nacionalistas sacaron adelante la reforma del impuesto de sucesiones y donaciones que, según el conselleiro de Economía, José Ramón Fernández Antonio, obedece al doble reto de conseguir un impuesto "más justo" y de responder a la "competencia fiscal" de otras comunidades autónomas como Madrid que en la práctica han suprimido el tributo.

Cuando la norma entre en vigor, el 1 de septiembre, los gallegos que reciban una herencia de menos de 125.000 euros ya no deberán abonar el impuesto de sucesiones. Los cambios favorecen especialmente a los jóvenes, que tendrán una bonificación en la cuota del 99% en las herencias de menos de 1,5 millones de euros que reciban los menores de 21 años. Los descendientes de hasta 25 años tendrán descuentos similares. El porcentaje de reduccion de la tributación de la vivienda habitual será del 99% en la que tengan un valor real de hasta 150.000 euros, de 97% hasta 300.000 y de 95% cuando supere esta cantidad. En cuanto a las empresas, la reforma fiscal señala que las familiares, las pymes y las explotaciones agrarias tendrán una deducción del 99% tanto en el caso de las sucesiones como en el de las donaciones.

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En el caso de las donaciones monetarias para vivienda habitual, se consideran exentas de tributación las de padres a hijos menores de 35 años que no alcancen los 60.000 (en la actualidad el límite máximo era de 30.000). El portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, reclamó que en el futuro las aportaciones no dinerararias como fincas o construcciones reciban un trato similar. Pese a ello, el diputado nacionalista dio la bienvenida a los cambios introducidos en el impuesto. Igual que el parlamentario del PSdeG, Xaquín Fernández Leiceaga, quien subrayó que "entre el el peligro conservador de eliminar el impuesto y el riesgo de mantener todo igual debilitando la competitividad, Galicia eligió el camino de la reforma en profundidad, haciéndolo más social".

Las críticas al texto llegaron desde los bancos populares, cuyos diputados, partidarios de la supresión del tributo, votaron en contra del proyecto de ley. Su parlamentario Alberto Sueiro calificó la reforma de poco ambiciosa y lamentó la oportunidad perdida. El parlamentario del PP pronosticó que serán prácticamente los mismos los que tengan que cotizar a las arcas públicas.

Sus datos fueron enmendados por el conselleiro de Economía, quien recalcó que el 39% de los gallegos que pagaban este impuesto ya no lo harán el 1 de septiembre.

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