La desalinizadora de El Prat iniciará el periodo de pruebas a final de año

La desalinizadora de El Prat de Llobregat va ejecutando sus plazos de construcción para llegar a tiempo a su puesta en funcionamiento, prevista para finales de mayo del año próximo. Para que no surjan imprevistos en el estreno, el presidente de Aguas Ter-Llobregat (ATLL), Joan Compte, avanzó ayer que la planta desalinizadora empezará el periodo de pruebas a finales de este año, cuando todos los sistemas estén instalados y se pueda accionar el complejo proceso de desalinización de la planta de El Prat.

La planta relajará la presión sobre los pantanos y paliará situaciones de sequía

El sistema de extracción de agua del mar empezó a dibujarse ayer, con la colocación del primer tubo del emisario que recogerá el agua del mar y la trasladará a la planta de bombeo, que a su vez llevará el líquido a la estación desalinizadora. El tubo, formado por dos cañerías paralelas de 1,8 metros de diámetro, tendrá una longitud de 2,2 kilómetros. La primera tubería, colocada ayer, abarca 200 metros, y entre agosto y septiembre se colocarán cuatro cañerías de 500 metros cada una. La estación de captación estará clavada a 30 metros debajo del mar, para poder recoger el agua a 24 metros de profundidad. "A esa distancia el agua está en la temperatura idónea, tanto en verano como en invierno", destacó Compte.

Los otros elementos que conformarán la desalinizadora avanzan a gran velocidad: unos 180 obreros se reparten durante 24 horas al día para llegar a mayo de 2009 con todos los elementos a punto para la inauguración. La segunda tubería que debe construirse, la que bombeará el agua desde la playa de El Prat hasta la planta desalinizadora, ya está asentada en la mitad del recorrido, incluido el trecho que cruza el río. La parte de tubería que falta se instalará en septiembre, ya que transcurre por la zona especial de protección de aves de El Prat. "Se debe retrasar por criterios medioambientales; es la época de nidificación de las aves, pero no habrá problemas para tenerla construida a finales de año, cuando empezaremos las pruebas", matizó Compte.

El impacto ambiental de las tuberías será mínimo. Para evitar riesgos con las embarcaciones, una boya señalará el punto exacto de la captación. Esa será la única señal visible en medio del mar. La torre de bombeo, de la que ayer sólo se veían los cimientos, está diseñada para integrarla en el paisaje de la playa de El Prat, donde estará situada: "se trata de pequeños retoques de imagen para adecuarla al entorno", relató Compte. La torre tendrá tres salas: una seca, dónde habrá las bombas que impulsarán el agua; otra húmeda, donde se conectará la tubería procedente del mar, y una tercera de zona de control de la captación.

La desalinizadora de El Prat aportará 60 hectómetros cúbicos a la red de ATLL, que abastece a 125 municipios del área metropolitana. Su instalación aumentará el 20% las reservas de agua, relajará la presión sobre los pantanos y evitará situaciones como las vividas en abril, cuando la sequía se tornó extrema y sólo las lluvias evitaron las duras restricciones al consumo.

El proceso de desalinización por ósmosis inversa, elimina todos los nutrientes del agua. Compte explicó el final del proceso: "El agua resultante parece destilada, no contiene ningún elemento y no se puede beber; un proceso de remineralización permite que sea perfectamente apta para el consumo. El agua resultante de la operación será de perfecta calidad".