"Hay que prescindir de los que utilizan el discurso radical"

Iñaki Oyarzabal se aferra a la bandera de la moderación como principal seña de identidad del PP alavés. Una bandera que piensa trasladar al congreso que los populares vascos celebran este fin de semana con la convicción de que es la única vía posible hacia el triunfo.

Pregunta. ¿Se ve cómo secretario general del PP vasco?

Respuesta. Creo que hay muchas personas que pueden serlo.

P. ¿Alaveses?

R. Álava tiene que estar bien representada en la nueva ejecutiva. Antonio Basagoiti tiene claro que Álava debe tener un papel importante porque representa mucho dentro del PP y, sobre todo, porque el PP alavés tiene una manera de presentarse ante los ciudadanos con un proyecto moderado y lleno de sentido común. Ese proyecto ha servido para conectar con una mayoría de la sociedad.

P. Ramón Rabanera marcó la línea a seguir.

R. Pues sí. Pasamos de ser la cuarta fuerza política a la primera. Supimos atraer hacia el PP a personas que procedían de diferentes sensibilidades y todo con un discurso muy pegado al terreno, muy alavesista. Rabanera tuvo la valentía de incorporar a una generación de jóvenes a la que dio grandes responsabilidades. Eso permitió un proceso de renovación tremendo de las ideas, se abrieron las ventanas y entró aire nuevo. Se colocó al centro derecha en Álava en posiciones muy moderadas, en el viaje al centro que después se promovió en toda España.

P. ¿Se acabó lo de ser un partido de resistencia?

R. Al final un partido como el PP es de gobierno y lo que tiene que aspirar es a representar a la mayoría de los ciudadanos y gobernar. El mejor servicio que podemos prestar a la sociedad son nuestras ideas. El modelo de resistencia al PP alavés no le gusta. Somos un partido mucho más centrista y abierto de lo que parece. Para eso hay que prescindir de quienes desde determinados medios y dentro del propio partido han utilizado discursos y posiciones radicales cuando la mayoría del PP y de los que nos votan son personas normales, moderadas y que en su vida cotidiana comparten muchas cosas con gente de otras opciones políticas.

P. Cuando María San Gil mostró su desavenencia con la ponencia política, usted fue de los primeros en decir que se trataba de una opinión personal.

R. Dije la verdad. Me lancé porque lo que dijo María San Gil ni se había discutido en el seno del partido, ni se había respaldado esa postura. Se trataba de una decisión particular y en un momento difícil para el partido.

P. ¿En que momento vio el PP de Álava que la línea de Mayor Oreja chirriaba con su mensaje de más moderación?

R. A partir de 2001 entendimos que había que construir un proyecto capaz de presentarnos ante quienes no piensan como nosotros como lo que somos: defendiendo cosas normales, lo que le importa a la gente y no dejando arrastrarnos por discursos más duros o por planteamientos radicales que lo único que hacen es provocar rechazo. Nadie está en posesión de la verdad absoluta, ni el PP ni nadie.