Telefónica se va de tiendas...

Estaban el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y el presidente de la compañía, César Alierta. Pero faltaba el invitado principal. Se llama iPhone, y no llegará hasta el viernes. Telefónica inauguró ayer su macrotienda de Gran Vía 28, donde a partir de pasado mañana, día en el que abrirá sus puertas al público, comenzará a comercializar el nuevo iPhone, el teléfono más famoso del mundo, por el que suspiran miles de seguidores de la marca Apple.

Tras cinco meses de obras, Telefónica estrena un espacio comercial de 3.000 metros cuadrados, fruto de la remodelación de las dos primeras plantas de su sede social de Gran Vía, un rascacielos de piedra que hasta 1953 fue el edificio más alto de España.

El local se abrirá al público el viernes con la venta del nuevo iPhone

La compañía quiere convertir ahora ese espacio en una novedosa tienda, donde los clientes podrán no sólo adquirir todos los productos y servicios de la operadora, sino probarlos y tocarlos, desde la oferta de terminales móviles a la televisión de pago Imagenio.

Al transeúnte ocasional no se le pasará por alto la tienda insignia de Telefónica, un concepto realizado al estilo de las que tienen otras grandes marcas, como la propia Apple en Nueva York. Grandes pantallas relucen con el logo de la marca en la fachada exterior. Al entrar, paredes y suelos blancos, placas luminosas y ordenadores repartidos en los mostradores -en lugar de cajas registradoras- le conceden un aspecto más de centro de control que de tienda.

Pero, sin duda, el aspecto más futurista es la escalera que conduce a la planta superior, cuyos peldaños son pantallas tipo led que recitan lemas comerciales mientras el cliente asciende. Este segundo piso es una casa del futuro, una demostración de los avances de la domótica como mayordomo virtual, la televisión en tres dimensiones o telepresencia para el hogar.

Los techos conservan el artesonado del edificio original construido en la década de los años veinte por la compañía estadounidense AT&T, y cuya decoración emula la de los rascacielos neoyorquinos. Y es que, según los artífices de la reforma, se han respetado todos los elementos ornamentales del inmueble, declarado de interés por el Ayuntamiento.

El horario comercial será de diez de la mañana a diez de la noche. La tienda estará atendida por 80 personas. Telefónica confía en atraer a una parte de los 400.000 viandantes, tanto autóctonos como turistas, que pasan cada semana por la calle con más solera de Madrid. Próximamente, se abrirán las plantas tercera y cuarta del edificio, que albergarán las colecciones de arte de Telefónica y las salas de exposiciones de la Fundación.