Joan Ollé le pinta bigotes a 'El ángel exterminador'
Por obra y gracia del pintor dadaísta Marcel Duchamp, desde 1919 una versión de la Mona Lisa luce vello sobre el labio y la barbilla (hasta el 21 de septiembre, puede verse en el MNAC). Algo parecido ha hecho Joan Ollé con la versión teatral de El ángel exterminador, la famosa película de Luis Buñuel. "Le hemos pintado bigote", señala el director escénico para explicar el espíritu con que se ha hecho la adaptación. "Queríamos que fuera tan baturra como el propio Buñuel", añade Ollé, que define su trabajo como "un juego" que, en cualquier caso, "no hará daño a la película", a cuyo guión guarda total fidelidad. El resultado, "un musical donde nadie canta", podrá verse del 10 al 13 de julio en el anfiteatro Grec.
El director estrena mañana en el Grec la versión teatral del filme de Buñuel
"Hemos jugado con la herencia de don Luis", añade respecto a la versión escénica de una película que considera absolutamente teatral. Y explica que el montaje se desmarca del "perfecto realismo" del filme. Julie Sermon, colaboradora habitual de Ollé, firma la dramaturgia de la obra, que reduce a 14 la veintena de personajes del filme, donde se muestra cómo los asistentes a una fiesta burguesa son incapaces de abandonar la sala donde ésta se celebra, pese a que todas las puertas están abiertas. Los personajes que se mantienen se reparten casi todo el texto de los eliminados.
Roser Camí, Rosa Renom, Walter Silva, Mireia Aixalà, Ivan Benet y Pere Eugeni Font son algunos de los actores del espectáculo, que han debido ceñirse "a una partitura estricta de gestos y de tonos". El bailarín y coreógrafo Andrés Corchero se ha encargado del movimiento de los intérpretes, a veces sin música y otras sobre las composiciones musicales creadas e interpretadas en directo por Jordi Sabatés. "Los personajes son esclavos de un marionetista que les dicta qué deben hacer en cada momento", precisa el director. La escenografía, "un término medio entre pared de cementerio e interior burgués", es de color blanco. Sobre ella se proyectan partes de la película, con las cuales se ha construido un prólogo y un epílogo. En su conjunto, el montaje tiene una estética en blanco y negro que se va tiñendo levemente de rojo.
El director no quiere hablar sobre las interpretaciones políticas o morales de la película de Buñuel porque le parecen "obvias". Las interpretaciones del filme hablan de miedo a la libertad, de ritos de sacrificio, de la oposición entre activismo y pasividad. Pero a juicio del director escénico, el cineasta "se lo toma todo sin ninguna seriedad. Diría que es un divertimento, donde no ocurre nada más que lo que ocurre".
En términos teatrales, Ollé reivindica la normalización de un teatro no figurativo. "Desde hace ya mucho, una marina nos parece una pintura de otra época. Pero parece que en teatro debes pedir perdón cada vez que te alejas del figurativismo". El ángel exterminador es una coproducción entre la Expo Zaragoza 2008 (donde se verá en agosto) y el Grec. El director dedica este nuevo espectáculo a su amigo y colega Jordi Mesalles, ya fallecido, quien tuvo la idea de llevar la película a los escenarios.
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