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El metro confía en salir mañana de la "precariedad técnica"

Los trabajadores censuran la falta de información

Ni siquiera el medio más emblemático del territorio, el metro de Bilbao, otrora paradigma de fiabilidad, puntualidad y limpieza, se ha librado del mal que aqueja al transporte público vizcaíno. Si el pasado junio el suburbano bilbaíno vivió diversas jornadas de paros en hora punta y la primera huelga de limpieza de su historia, el domingo fue una sucesión de fallos en el suministro eléctrico la que interrumpió el servicio durante tres horas y media, entre las 13.10 y las 16.40, atrapando en más de 50 unidades a 10.000 viajeros. El incidente se registró cuando no había transcurrido un mes desde que, el 10 de junio, otra avería eléctrica suspendiera el servicio durante una hora.

Según se ha sabido ahora, aquella avería dañó el Sistema de Alimentación Ininterrumpida (SAI), la batería que permite al suburbano seguir funcionando sin suministro eléctrico durante seis horas. "Iba a ser reparada el domingo, pero el dispositivo para el BBK Live hizo que trasladáramos la operación a la madrugada del martes 8 al miércoles 9. Sabíamos que estábamos en una situación de precariedad técnica, y por desgracia se encadenaron las circunstancias que pararon el servicio. Mañana saldremos de la precariedad", dicen fuentes del suburbano.

En Metro Bilbao no ocultan su preocupación por el posible deterioro que pueda sufrir la imagen del servicio por culpa de estos incidentes. "Desde luego, no ayudan", reconocen.

Falta de información

"Lo grave no es tanto la avería como la falta de información", protesta un responsable sindical. "No entra en la cabeza que los paneles informativos y la megafonía dejen de funcionar. ¡Ni los móviles funcionan! El domingo hubo conductores que se tiraron media hora en mitad de un túnel sin poder dar una explicación a los usuarios".

La última avería coincide con la negociación del convenio colectivo. Ayer hubo una reunión entre empresa y sindicatos. ELA y CIM, que no cuentan con la mayoría de delegados pero sí recibieron más del 50% de los votos en las últimas elecciones sindicales, volvieron a levantarse el pasado jueves de la mesa de negociaciones al entender que la empresa "se ha limitado a hacer una labor cosmética: ha cambiado sus formas, pues ahora se aviene a negociar, pero el fondo es el mismo, el inmovilismo", aseguraron a este periódico fuentes de uno y otro sindicato.

ELA y CIM no descartan convocar nuevos paros, "incluso huelgas", para el próximo mes de agosto, "incluida la Semana Grande", si no se registran avances importantes. Sus protestas podrían coincidir en plena Aste Nagusia con las que amenazan con convocar los trabajadores de Bilbobus y Biz-kaibus.

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