El Gobierno deniega el indulto al marroquí confundido con un violador
El fiscal pidió la medida de gracia en 1999 ante las "serias dudas" de la autoría
Nueve años ha tardado el Ministerio de Justicia en resolver la petición de indulto para Ahmed Tommouhi, el marroquí que pasó casi 15 años en prisión por unas violaciones que probablemente no cometió. Y después de tanta espera, la respuesta ha sido no.
El 30 de abril de 1999, el entonces fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, solicitó la medida de gracia argumentando que existían "serias dudas" de que Tommouhi participase en una cadena de violaciones ocurridas a principios de la década de 1990 y por las que fue condenado a más de un siglo de cárcel por cuatro tribunales.
El fiscal argumentaba que existía "la razonable posibilidad de la inocencia" de Tommouhi en los otros tres sumarios, pues el ADN demostró que el verdadero culpable en una causa era Antonio García Carbonell, un violador confeso que tenía un gran parecido físico con el marroquí.
Con esa prueba, el Tribunal Supremo anuló una de las condenas, pero quedaban otras tres. Y el 30 de abril de 2008, justamente nueve años después de la petición del fiscal, el Consejo de Ministros resolvió desfavorablemente los tres expedientes de indulto. Fue una decisión gubernamental que pasó absolutamente desapercibida, excepto para el ciudadano barcelonés Manuel Borraz, un ingeniero que hace años se entregó a este caso, creó una web y removió cielo y tierra proclamando el error judicial cometido con Tommouhi y con Abderrazzak Mounib, el otro marroquí condenado con él en todos los sumarios y fallecido en prisión de un infarto en abril de 2000.
Cinco años llevaba también el Defensor del Pueblo solicitando del Gobierno que resolviera el indulto. En un sentido o en otro, pero que resolviera. Y han tenido que transcurrir nueve años y cinco ministros de Justicia: Margarita Mariscal de Gante, Ángel Acebes y José María Michavila, con el PP, y Juan Fernado López Aguilar y Mariano Fernández Bermejo, con el PSOE en el poder.
Tommouhi salió en libertad condicional el 18 de septiembre de 2006 y desde entonces no ha vuelto a prisión. Esa fue la única condición que exigía para abandonar Brians: que no hubiera de regresar nunca más a la cárcel. Es esa obstinación en proclamar su inocencia lo que ha impedido a Tommouhi quedar en libertad meses antes, si se hubiera sometido a cursos de rehabilitación para agresores sexuales. "Yo no soy un violador y no haré ningún curso", repetía una y otra vez en prisión. Recordaba hace unos días el ya ex fiscal Mena en el Parlament que en 43 años de oficio jamás se había encontrado con que la fiscalía y la administración penitenciaria deseasen la libertad de un preso y éste se negara a obtenerla.
Tommouhi sigue proclamando su inocencia. El camino judicial para reconocérsela depende ahora de una reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Ahora está en libertad, pero no tiene papeles. Por eso y porque no liquidará la condena hasta el 26 de abril de 2009, tampoco puede trabajar. La concesión del indulto le hubiera permitido extinguir la pena y, por tanto, reclamar la discrecionalidad de la Administración para regularizar su situación en España.
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