Por corbata

Como ya sabrán, el ministro Sebastián tuvo un abnegado gesto para fomentar el ahorro de energía. Decidió que se quitaría la corbata hasta septiembre para ir al Congreso de los Diputados, para que, de este modo, el aire acondicionado no se tenga que poner tan fuerte. Creo que Celestino Corbacho se ha sumado a la iniciativa.

Nunca he llevado esos trajes de corte masculino adaptados a la cosa femenina, con corbata y chaleco, pero ya me lo imagino. La corbata -y sobre todo la camisa con todos los botones abrochados- da calor... Pero no es lo que más calor da, así que, si el ministro Sebastián de verdad quiere luchar contra el cambio climático y pretende que el aire acondicionado del Congreso no tenga que estar a la elevada temperatura de ahora, hay otras medidas que puede aplicarse para ir a trabajar.

"Ir sin americana es mucho más fresco que ir sin corbata. El ministro hará bien en olvidarla en casa"

La corbata da calor, sí, pero da más calor la americana. Ir sin americana es mucho más fresco que ir sin corbata. Por lo tanto, el ministro hará bien en olvidar esta prenda en casa. Y, desde luego, el pantalón corto también le ayudará en su cometido. Ir en pantalón corto es mucho más fresquito.

Pero un pantalón corto no sería del todo adecuado con esos calcetines de ejecutivo y los zapatos negros de cordones que suele usar Sebastián. Ya que te pones pantalón corto -y quien dice pantalón corto dice bañador o meyba- lo mejor es que te pongas también unas chanclas. Que te respiren los pies es muy importante para combatir los calores. Aunque, claro, si has decidido ponerte chanclas para que el pantalón corto no desentone, ponte también una camiseta tipo Imperio (porque las camisetas son tipo Imperio, igual que el queso es tipo Burgos). La prueba de que este tipo de vestuario es más adecuado para el calor la tenemos en nuestra vida cotidiana. Para estar por casa vamos en ropa interior. Nunca nos ponemos corbata para ver la tele.

Yo espero que este gesto coherente sea pronto imitado por los demás diputados. Y lo que es más importante. Por las demás diputadas. Ellas no usan corbata (las únicas mujeres que usan corbata para ser elegantes son Paloma San Basilio y Antonia de'll Atte). Pero sí que usan otro tipo de prendas que causan el calor equivalente. Sería feo que los diputados, por mor del ahorro, se despojasen de su ropa más térmica y ellas no. Entonces sería discriminatorio que el aire acondicionado del congreso estuviese a una temperatura más baja, porque favorecería a los hombres pero no a las mujeres. Por lo tanto, es de esperar que las diputadas se quiten las medias y las mangas largas. Que se sienten en el escaño con unos shorts y un top o bien una batita de hilo. Y que no se olviden de llevar un abanico.

Algunos intolerantes pensarán que la imagen de nuestros políticos no se adecúa del todo a su cargo, pero otros -entre los que me cuento- replicarán que todos los esfuerzos son pocos para conseguir un poco de ahorro energético. Cierto es que da un poco de asco sentarse en la silla en la que se ha sentado un señor o una señora sudado y en pantalón corto, pero el Congreso no es un bar, en sus sillas sólo se sientan ellos.

Y para terminar, yo les aconsejo que hagan lo que hacemos los que no tenemos aire acondicionado en el puesto de trabajo. Que se compren un polo, que instalen ventiladores y que no olviden el botijo a los pies. Anda que no refresca.

Moliner.empar@gmail.com